domingo, 18 de marzo de 2012

¿Disfrutamos nuestra sexualidad?

            El encuentro de dos personas que finalmente, deciden formar una pareja, es casi siempre un encuentro erótico. Elegimos al otro porque suscita en nosotros emociones que encienden un deseo. Sin embargo aunque la atracción sexual no desaparezca, no hay duda que esa sexualidad desbocada del inicio de la relación se diluye poco a poco.             Debemos ser realistas, el sexo que tenemos al principio, a todas horas, pasional, no se puede mantener todo el tiempo, entre otras cosas porque nos ¡moriríamos de hambre, ya que no haríamos otra cosa! Pero eso no quiere decir que no debamos seguir aspirando a una vida sexual satisfactoria, y para ello vale la pena preguntarnos si verdaderamente disfrutamos de nuestra vida sexual, e incluso que debemos hacer para mejorarla.
            Puede que a la hora de sopesar nuestra vida sexual en determinados momentos de nuestra historia personal, el balance sea negativo, pero eso no significa que sea el fin del mundo, ni de la relación, ya que puede que las causas ni siquiera estén directamente relacionadas con la pareja. Cualquier “cosa” que te produzca estrés puede afectar a tu relación.   Analizar las posibles causas de ese decaimiento del deseo puede ayudarnos a relativizar y en vez de dramatizar, debemos buscar que tenemos hacer para reavivarlo.
             Para ello entran en juego, “la voluntad, las ganas y los retos que nos pongamos cada uno”.
            La sexualidad está compuesta de territorios ilimitados. Los amantes son exploradores e inventores de cambios. Explorar juntos es entrar en lo desconocido, abrir puertas a la sorpresa y a la fantasía en la vida sexual de la pareja.
            En definitiva, se trata tan sólo de ponerle un poco de imaginación para lograr que el encuentro siga siendo verdaderamente excitante.

Meditación: El sexo es fácil, lo difícil es el amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario