domingo, 6 de enero de 2019

Confundidos con el amor.

¿Te han dicho alguna vez: te quiero? Es posible ¿verdad?, Y yo me pregunto: Eso que quiere decir: un cuento, un mito, un quedar bien de forma romántica. Es posible que no sepas contestar. La verdad es que te lo tomes como un “arte” y como tal, algunos lo interpretan a su manera; es decir a su forma de ver las cosas. Existen situaciones en que no deberíamos tomarle demasiado interés, es un asunto demasiado serio para tomarlo de forma trivial.
            En ocasiones nos sentimos atrapados en el mito del “amor romántico” y nos vemos acogidos en contradicciones que no se ajustan al verdadero sentido de la palabra amor. Si lo vemos como “arte” no deberíamos preocuparnos por lo superficial de las personas, puesto que la condición de amar va más adentro de la persona a quien va dirigida. La vida es una tremenda consumidora de historias de amor, debido que para muchos el amor romántico lo convierten en una vía para liberarse del control y la vigilancia. Sólo con auto convencerse diciendo; “es que te amo”, ya nos liberamos de muchos malos entendidos y de esa manera superamos las innumerables contradicciones que el hecho acarrea. 
Para llegar a amar hay dos bases primordiales: el dominio de la teoría y el dominio de la práctica. ¡Cuántas historias nos llegan que idealizan las típicas parejas que se auto convencen o se prometen resolver situaciones realmente difíciles! Siempre con la intención de escapar de una realidad que no les gusta; aunque de momento se prometen y se aseguran una fuente de recursos, para alcanzar la felicidad eterna. Sin embargo, las promesas del amor son solo eso, promesas.
Hablaba anteriormente de las bases primordiales del amor; la teórica y la práctica, de ahí esa frase tan elocuente que a veces pronunciamos: “el amor duele” y muchos diréis ¿por qué? Verás: el amor tal como su término es utilizado habitualmente, no es amor; es deseo, Y el deseo por regla general, siempre hace daño, puesto que desear a alguien, es como obtener a una persona, solo por el placer de hacerla tuya. En ese caso la tratamos como un objeto y eso supone literalmente ofender. Es sencillamente un insulto. Si lo piensas bien; si te diriges a otra persona solo por el capricho de poseerla, eso es llanamente “deseo” A eso le sigue lo siguiente: ¿durante cuánto tiempo podrás fingir que ese “te quiero” o ese “amor” lo podrás mantener? La “cosa” se complica, ¿no es verdad? Nadie quiere ser utilizado, es lo peor que podemos hacerle a alguien, puesto que nadie desea ser un objeto, para prestarse a un juego con la intención de que otro alcance su fin.
Aprender a amar no es nada fácil, es una tarea pendiente para muchas personas, y a veces muchos jamás llegan a conseguirlo, por mucho que se empeñen. Puesto que, histórica y culturalmente se nos han inculcado una serie de valores distorsionados, fundamentados en forma de romanticismo que se caracterizan por grandes dosis de adicción. Sin embargo, la dependencia, la permanente obsesión con que insistimos, deseamos ver que es pura realidad, pero desgraciadamente solo nos refleja que esas palabras, no son nada saludables y mucho menos duraderas.

Meditación: Nunca podrás olvidar a la persona que un día le dijiste “te quiero”, sólo podrás aprender a vivir sin él. (Amar es un placer que muchos desconocen)

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