miércoles, 29 de junio de 2016

Pero: ¿existen las casualidades?

            Francamente no lo sé. Pero cuántas veces decimos: ¡Mira, vaya que casualidad! o ¡Jamás pensé que esto pudiera sucederme! A veces creemos que no tenemos opciones a determinadas cosas, pero si lo pensamos detenidamente, también se nos puede pasar por nuestra mente: ¿y por qué no podía sucederme una cosa así? En fin, todos son conjeturas y al mismo tiempo, formas de ver lo que la vida nos puede presentar, sin que nosotros mismos seamos capaces de intuir lo que el futuro nos depara.
           De hecho nadie es capaz de definir de forma directa qué es la casualidad. Sólo deciros que ésta se presenta cuando no somos capaces de explicar lo que en ese momento se nos presenta. Pensemos siempre que si las oportunidades se nos presentan: ¿por qué no puede existir una casualidad que haga que esas oportunidades se cumplan? Siempre recurrimos a esa forma “casual” a la que atribuimos todo aquello que no sabemos darle una respuesta razonable.
            La casualidad entra en juego cuando las cosas que son importantes para nosotros pero en cierto modo representan algo de forma fortuita, por puro azar. "Importantes" Quiere decir en este contexto; que nos suelen acarrear beneficios o perjuicios. A veces, necesitamos del transcurso del tiempo para saber con certeza si un beneficio es tal. Por ejemplo, no se puede pronosticar el éxito o el fracaso a la simple casualidad de que todo se cumpla tal como hubiésemos pensado que sucediera.
            Es posible que un determinado día, y en cualquier momento, sin que nada esperemos, y a través de un tiempo de no saber nada de esa persona, podamos recibir un “señal” suya. ¿A qué podíamos atribuírselo? ¿A la casualidad? o quizás a que “aquello” estuviera premeditado de ante manos. Nunca lo sabremos. Al utilizar la palabra casualidad, deberíamos tomarla como una señal que probablemente debería estar encubriendo una necesidad de sincronía personal.
             La casualidad, es una de las cuestiones que por muchas noches ha desvelado al ser humano; sin llegar aún a una determinación científica de carácter universal. Esta problemática es la causa de intentar analizar el proyecto por el cual en infinidad de ocasiones tratamos de dar respuesta a esta pregunta: ¿Existe realmente la casualidad? En realidad dicho efecto casual no altera la ley de causa y efecto. Lo verdaderamente cierto es que a menudo nos suceden cosas que sólo son fruto de la casualidad, a pesar de que en lo más profundo de nuestro ser sabemos que la casualidades no existen.
             Lo realmente cierto es que toda existencia tiene un sentido, y ese sentido sólo está en nuestro interior, en las preguntas que diariamente les hacemos a la vida, preguntas que a la larga nos hacen tomar decisiones, adjudicándoselas a una simple casualidad. Pues siempre en algún momento de nuestra vida nos hacemos la pregunta ¿habrá sido casualidad o destino? Es esos momentos es cuando nos planteamos el sentido de su verdadero efecto, siempre guiado a causa de nuestros pensamientos, nuestra conciencia, etc., siempre es utilizada como herramienta de nuestra imaginación.
             Cuántas veces he pensado: ¿por qué la casualidad me ha llevado a conducirme a determinada situación? Es curioso, que por esa “casualidad” o como queramos llamarle, hizo que así fuera. Siempre he pensado que el azar y las casualidades no existen, pero reflexionando profundamente “sus efectos sí que existen”

 Meditación: Nada sucede por casualidad, en el fondo las cosas tienen un plan secreto, aunque nosotros no lo entendamos.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario