Francamente no
lo sé. Pero cuántas veces decimos: ¡Mira, vaya que casualidad! o ¡Jamás pensé
que esto pudiera sucederme! A veces creemos que no tenemos opciones a
determinadas cosas, pero si lo pensamos detenidamente, también se nos puede
pasar por nuestra mente: ¿y por qué no podía sucederme una cosa así? En fin,
todos son conjeturas y al mismo tiempo, formas de ver lo que la vida nos puede
presentar, sin que nosotros mismos seamos capaces de intuir lo que el futuro
nos depara.
De hecho nadie
es capaz de definir de forma directa qué es la casualidad. Sólo deciros que
ésta se presenta cuando no somos capaces de explicar lo que en ese momento se
nos presenta. Pensemos siempre que si las oportunidades se nos presentan: ¿por
qué no puede existir una casualidad que haga que esas oportunidades se cumplan?
Siempre recurrimos a esa forma “casual” a la que atribuimos todo aquello que no
sabemos darle una respuesta razonable.
La casualidad
entra en juego cuando las cosas que son importantes para nosotros pero en
cierto modo representan algo de forma fortuita, por puro azar.
"Importantes" Quiere decir en este contexto; que nos suelen acarrear
beneficios o perjuicios. A veces, necesitamos del transcurso del tiempo para
saber con certeza si un beneficio es tal. Por ejemplo, no se puede pronosticar
el éxito o el fracaso a la simple casualidad de que todo se cumpla tal como
hubiésemos pensado que sucediera.
Es posible que
un determinado día, y en cualquier momento, sin que nada esperemos, y a través
de un tiempo de no saber nada de esa persona, podamos recibir un “señal” suya.
¿A qué podíamos atribuírselo? ¿A la casualidad? o quizás a que “aquello”
estuviera premeditado de ante manos. Nunca lo sabremos. Al utilizar la palabra
casualidad, deberíamos tomarla como una señal que probablemente debería estar
encubriendo una necesidad de sincronía personal.
La casualidad,
es una de las cuestiones que por muchas noches ha desvelado al ser humano; sin
llegar aún a una determinación científica de carácter universal. Esta
problemática es la causa de intentar analizar el proyecto por el cual en
infinidad de ocasiones tratamos de dar respuesta a esta pregunta: ¿Existe
realmente la casualidad? En realidad dicho efecto casual no altera la ley de
causa y efecto. Lo verdaderamente cierto es que a menudo nos suceden cosas que
sólo son fruto de la casualidad, a pesar de que en lo más profundo de nuestro
ser sabemos que la casualidades no existen.
Lo realmente
cierto es que toda existencia tiene un sentido, y ese sentido sólo está en
nuestro interior, en las preguntas que diariamente les hacemos a la vida,
preguntas que a la larga nos hacen tomar decisiones, adjudicándoselas a una
simple casualidad. Pues siempre en algún momento de nuestra vida nos hacemos la
pregunta ¿habrá sido casualidad o destino? Es esos momentos es cuando nos
planteamos el sentido de su verdadero efecto, siempre guiado a causa de
nuestros pensamientos, nuestra conciencia, etc., siempre es utilizada como
herramienta de nuestra imaginación.
Cuántas veces he
pensado: ¿por qué la casualidad me ha llevado a conducirme a determinada
situación? Es curioso, que por esa “casualidad” o como queramos llamarle, hizo
que así fuera. Siempre he pensado que el azar y las casualidades no existen,
pero reflexionando profundamente “sus efectos sí que existen”
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