Muchos dirán;
qué demonio querrá decir con eso de ¡No te preocupes! Pues verás es muy
sencillo. Quería citar algo sobre la timidez. Eso que a veces tanto nos
preocupa, sobre todo, cuando por ejemplo tenemos una entrevista de trabajo, o
intentamos hablar por primera vez con una persona. A muchos le surgen las
temidas preguntas como: ¿Qué tal me portaré? ¿Qué pensará de mí? ¿Tendré buena
aceptación? etc., etc. En fin, es tal el cúmulo de preguntas que se nos
amontonan en la cabeza, las cuales hacen que la situación se haga tremendamente
complicada.
Nada mejor que
mostrarse tal como uno es, mostrarse como si estuviese hablando con una persona
a la cual siempre la hemos conocido, y convertir esa entrevista en una charla
amistosa. Sí, me dirás, que no es tan
fácil; los nervios nos atenazan, y a veces terminamos diciendo lo que no deberíamos
decir, haciendo que se destruya aquello a lo cual veníamos predispuestos.
Pensemos siempre
que la timidez sólo es un sentimiento de impotencia que se nos presenta en
determinados momentos, ante una acción, delante de una persona. Es como un
“miedo” al pensar que no voy a quedar bien, y que procede de una absoluta
desconfianza de uno mismo. Siempre es aconsejable tener por costumbre entablar
pequeñas conversaciones con personas conocidas, con las cuales te sientas
cómodo, para ir pasando a encuentros con aquellas personas desconocidas para ti
e incluso que puedan causarte un cierto respeto mantener una conversación con
ellas. Practicando estos sencillos actos, harás que poco a poco nos vayamos
sintiendo con mayor seguridad.
La gran mayoría
de las personas que padecen de este singular estado, creen que ellas son las únicas
que tienen miedo ante esa nueva situación, para relacionarse con los demás No
pienses nunca que tu caso de timidez está basado en el hecho de que tu mente
queda “anclada” ante unos sentimientos que no consigues dominar. Piensas
siempre que todo tiene solución, y por supuesto jamás intentes sentir compasión
de ti.
Recuerdas y ten
presente siempre que el hombre tímido no es un hombre falto de inteligencia, su
principal característica es la de poseer un profundo conocimiento de las cosas.
La timidez tiene la sensación de estar continuamente “dando”. Si das un poco de
amor, ese amor empezará a fluir por todas partes, teniendo presente no esperar nada a cambio, como decía en un
artículo ya pasado. La timidez esta atribuida a, el hecho de manifestar un
continuo respeto ante los demás, así es el verdadero sentido de esta actitud,
que caracteriza esencialmente a los tímidos.
Así nos podíamos
preguntar. ¿Qué pasaría si no gustásemos a los demás? ¿Es quizás tan
importante? Seguro que no podemos gustar a todo el mundo. Por tanto, lo que
debemos hacer es mostrarnos tal como somos aun a sabiendas de que es posible
que no gustemos a los demás.
Echar siempre una
mirada atrás, a la vida pasada y tratar de hacer borrón y cuenta nueva. Intentar
comprender y perdonar comportamientos de personas que se portaron mal con
nosotros, olvidar los posibles fracasos que se hayan tenido, porque lo hecho,
hecho está. ¡Hay que seguir adelante! El mundo no se acaba por ser tímido.
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