jueves, 9 de junio de 2016

Las decisiones del corazón.

              Nunca sabremos cuando el corazón nos manda, pero es bien cierto que muchos de nuestros actos, son originados por esas “sensaciones” que el corazón llama a nuestra conciencia y obramos según nos dicta, sin pensar si es lo más acertado. Solemos tomar muchas decisiones dictadas a veces por el corazón, imponiéndose a las pensadas con la cabeza. Es posible que no sean a veces las más acertadas, pero si es verdad que son más rápidas y en algunos casos más idóneas, si lo pensamos detenidamente.
              En determinados momentos el corazón influye ante la realidad y nos expone una respuesta que damos por medio de nuestras reacciones. A veces son difíciles de tomar y pueden llevarnos a situarnos ante un serio conflicto, pero en esos momentos creemos que es lo más acertado, no haciéndole caso al análisis premeditado. Nuestras vidas están llenas de momentos en las que es necesario tomar decisiones. Aunque nunca estaremos libres de que nos surja un conflicto, al cual debemos hacerle frente, ya que así nos lo dictó nuestro corazón, pero no por eso deberíamos arrepentirnos. No es una terea sencilla, y deberíamos vivirla con gratitud, desbordando ese afecto, que nos permita liberarnos de los llamados “miedos a equivocarnos”
            Todas esas decisiones nos podrán librar de grandes tensiones y dolores de cabeza a través de una búsqueda de “algo” que nuestro corazón nos dice, aunque no  acabemos de erradicar los sentimientos que la desconfianza nos pone por delante. Frecuentemente decimos y actuamos de esas bondades que el corazón nos dicta, bondades que a veces nos tranquilizan mejorando nuestro estrés y optimizando la capacidad que en esos momentos se nos presentan.
            Tomar estas decisiones no es una teoría acertada, pero al menos nos ayuda a seguir unos pasos que nuestra intuición nos dice. No olvidemos que la posibilidad de equivocarnos existe, pero debemos arriesgarnos a ser valientes a pesar de la incertidumbre que toda decisión conlleva. Desgraciadamente la vida es demasiado breve como para esperar que lleguen oportunidades, en realidad es como un tren que has de coger en marcha y atrevernos a subir, puesto que a veces nos arrepentimos de no haber hecho aquello que nos dictó el corazón.
            Casi siempre estamos acostumbrados a tomar decisiones basadas en la razón, y en datos ya preestablecidos, simplemente por la costumbre de tropezar con las malas decisiones que la vida nos presenta, pero cuántas veces damos gracias por haber tomado esas decisiones que el corazón nos dijo acertadamente en un momento puntual.
            Dicen que siempre debemos confiar en el instinto del corazón, puesto que él nunca se equivoca, aunque comprendo que no es tarea fácil y no siempre se puede llevar a la ligera, ya que nunca debemos ignorar que ni la razón ni en la experiencia, a veces pueda ser acertada.  Contemplando siempre todos los aspectos con los que a primera vista poseemos, seguro que seremos totalmente responsables de tomar decisiones, para que podamos asumir un resultado positivo basándonos en el instinto de nuestro corazón.

 Meditación: En cualquier momento de decisión lo mejor es hacer lo correcto, luego lo incorrecto, y lo peor es no hacer nada.

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