Algunas personas
tienen dificultades para recibir, es entonces, cuando a pesar de que el otro le
dé mucho, todo cae en una cesta sin fondo. Es realmente una situación muy
frecuente tanto para el que no puede retener lo que recibe, como para el que
da, porque este puede tener la sensación de que aquello que preparó con tanto
amor el otro no lo considera valioso. Esta incapacidad del otro para recibir de
uno puede ser vivida como un desprecio por el otro.
Cada
vez que nos pasa por la mente o sentimos decepción por la traición de alguien a
quien ayudamos o nos molesta su falta de reciprocidad, es porque dimos en forma
condicionada. Lo mismo si al recibir algo sentimos la obligación de ser
recíprocos. Esto no es ni bueno ni malo, es solo confusión y observamos cómo
esta confusión nos trae dolor a nuestra vida.
El
concepto de “dar y recibir” es en realidad la luz de la conciencia la que hace
las cosas extraordinarias. Entonces las pequeñas cosas dejan de ser pequeñas,
siendo la profundidad y el sentido de nuestra vida la que se hace proporcional
a nuestro nivel.
Recibir
tiene que ver con nuestra autoestima. En la medida que podemos recibir, vamos
acumulando pequeños gestos positivos a nuestro auto concepto. Y de esta manera
sabemos que estamos recibiendo cuando nos tocan el corazón, cuando podemos
escuchar lo que la otra persona nos da y cuando podemos reconocer lo que
experimentamos.
Sólo
a través del amor que profesamos a las cosas, resulta posible darlo a los
demás. Y cuando amamos, con sinceridad podremos aplicar este consejo de amor,
puesto que eso es lo que recibiremos. Regala amistad a todo aquel con quien te
relaciones. Vayas donde vayas, lleva siempre contigo una frase agradable, una
sonrisa o un gesto de afecto. Recibes con agradecimiento todo aquello que te
ofrece la vida y sobre todo de las personas que te rodean. Aceptar el favor de
un amigo es hacerle otro.
Nunca
deberíamos olvidar esa frase famosa de Alejandro Dumas: “La amistad consiste en
olvidar lo que uno da, y recordar lo que uno recibe”
A
pesar de todo, “dar y recibir” es fundamental en toda relación de amistad que
se aprecie. Como dice el refranero español: “Entre amigos de buen cuño, no hay
ni mío ni tuyo” Solo cuando nos amamos a nosotros mismos, podemos aplicar este
consejo de ofrecer amor, pues eso es lo que recibiremos. “Recibimos lo que
damos. Si arrojas ira y desprecio, eso es lo que recibirás, si das amor y
amistad, eso recibes” Según esta ley, cualquier elemento con valor, en la vida
se multiplica.
Por
último, recomendaría. Deja ya el pasado; si fue bueno te inundará de alegría
aunque las añoranzas se apoderen de ti. Si fue malo: ¿para qué recordarlo? Tú
presente y tú “hoy” te abrirán caminos infinitos de amor, amistad y felicidad.
Muévete por él, y pon todas tus energías en conseguirlo.
Meditación:
Después de la propia sangre, lo mejor que el ser humano puede dar son, sus propias lágrimas.
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