Sí, por qué no
dedicarle unas sencillas letras. Excálibur era su nombre o al menos, aquel por
el que él acudía a la llamada de Teresa y Javier. Era su mascota, aquella con
la que compartían todas sus tristezas y alegrías.
Creían en él,
porque sabía espantar sus momentos de nostalgia con el esmero propio del “mejor
amigo del hombre”, porque corría más rápido que ellos, pero siempre le
esperaba, porque cuando la angustia les ensombrecía “él” le invitaba a
sobreponerse con sus cabriolas, y con su compañía les regalaba su atención y su
lealtad.
El impacto que
genera la muerte de una mascota depende de cada persona y de su edad, pero por
lo general podría afirmarse que hay dos grupos especialmente vulnerables; los
niños y aquellas personas que viven solas.
Es triste que
muera un animal querido, pero sobre todo sin saber, por qué. A veces la
incompetencia del ser humano hace llegar esos actos tan inhumanos, sólo con el
fin de acabar con una situación que no han sabido solucionar. El trastorno
emocional que puede causar la muerte de una mascota, en ocasiones es, tan
relevante como el que se siente al perder a un familiar cercano. Es fácil
reconocer a personas que experimenten sentimientos de dolor durante al menos un
año siguiente al fallecimiento de su mascota.
Y no digamos en
un caso como el que actualmente vivimos, puesto que quizás, es posible que ese
pobre animal, haya sido sacrificado estando completamente sano.
Solo deseo que a
Teresa no se lo comuniquen mientras esté en proceso de recuperación, puesto
que podría llegar al empeoramiento de su salud e incluso a un fatal desenlace
debido a un brote grave de ansiedad, puesto que sus defensas actualmente son
extremadamente débiles.
Estas son
palabras de Javier al ser enterado de que Excálibur iba a ser sacrificado. “No
es justo de que además del contagio del ébola por parte de mi esposa, a
consecuencia de la falta de medios; (protocolos), pierda a mi mascota por el simple
capricho, cuando sería más fácil aislarlo o ponerlo en cuarentena igual que han
hecho conmigo” Si esta chica falleciera, para su marido, su mascota, que los ha
acompañado años, sería la pérdida de un apoyo emocional de suma importancia, puesto que su perro era
uno más de la familia.
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