Cuántas veces es mejor dejar
las cosas, por no entrar en un estado de continua alteración. Soltar lo
inevitable y aceptar que el camino puede seguir un rumbo muy distinto al que
esperábamos desde el primer momento que intentamos cambiarlo. Siempre podemos
calibrar y anticiparnos ante determinadas reacciones, para poder encauzarlo con
deportividad, en lugar de tomar inconscientes actitudes.
Soltar lo que ya no tiene vuelta, agradecer lo vivido y
sencillamente seguir adelante, es lo fundamental, puesto que finalmente, si las
cosas no fueron como esperábamos es porque tenían otro propósito. Nunca debemos
permitir que un caricaturesco rol, a veces mal concebido nos haga perder
nuestra autonomía y nuestras energías, que es en verdad lo que hemos de
cultivar día tras día.
Si, comprendo que es difícil soltarnos cuando hay miedos
detrás que nos impulsa de continuar aferrados a lo que ya no tiene sentido. Si
tomamos determinadas “cosas” como algo personal, inevitablemente entramos en el
papel de víctima, y es posible que contribuyamos a inflamar las tendencias de
nuestro entorno. A veces pelearnos contra un “muro” nos debilita, y tenemos que
comprender, que no es necesario. Debemos buscar sutiles resortes para que ese
“muro” se ablande. Si esperamos el amanecer es posible que nos demos cuenta que
la noche antecede al alba y en ella la luz vuelve a reinar ante un nuevo
comienzo.
Siempre contamos con dos opciones: quedarnos arrodillados
aguantando los golpes o levantarnos y luchar. Es nuestra elección. Dejemos de
culpar al mundo y salgamos a por todas. La diferencia entre el que gana y el
que pierde, no es que no tengamos miedo. La diferencia es, ni más ni menos que
el ganador se enfrenta a sus miedos. De esta forma debemos confiar en la
continuidad que la vida nos ofrece y depositar en ella un firme propósito que
el nuevo día nos espera.
Es cierto que resulta difícil en muchas ocasiones ver el
lado positivo de algunas cosas, e incluso que en muchas ocasiones podamos
equivocarnos y pensar que la salida que estamos tomando quizás no sea la
adecuada. Por tanto es conveniente acudir a determinadas personas que nos
aconsejen y nos orienten de una manera objetiva a fin de poder actuar de manera
provechosa cuando se nos presentan estos casos en los que no encontramos ese
sentido a las cosas.
Una de las cosas a las que nos atañe, es al continuo
sufrimiento en la vida. La réplica es: “nada podemos hacer” por más que
combatimos. Pero, nos preguntamos: ¿por qué no encontrar la forma de disminuirlo?
Todos experimentamos tales situaciones: los esfuerzos humanos a veces llegan a
su fin y sucede lo que no queremos.
Pensemos que la vida misma, en la que muchas veces no le
encontramos sentido, es la que tenemos la obligación de encontrarle su verdadero
cauce. Pero, ¿cómo lo vemos? Cuando tras
de ti dejamos a un ser querido, cuando reconocemos el grato recuerdo que nos
dejó; sencillamente es cuando comprenderemos que la vida tiene sentido.
Es difícil soltarse, la valentía reside en afrontar los cambios
ResponderEliminarSi, comprendo que es difícil “soltarse”. Pero ante la prueba evidente, de la cual hablo por experiencia propia de mi caso, trato de expresar que la única opción que nos queda para darle sentido a la vida, es reflexionar para llegar a una aceptación, de manera objetiva que no nos lleve a un continuo sufrimiento. Saludos cordiales.-
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