Indudablemente
el advertir que hemos mejorado en cualquiera de nuestras actitudes diarias, sin
ningún tipo de vanidad y a través de una percepción equilibrada de uno mismo,
tiene una alta valoración personal. De todo es sabido que vivimos en un mundo
estresante. Así que procuremos ser honesto, puesto que todos tenemos problemas
temperamentales, los cuales tenemos de dominar y si es posible mejorar.
Sí,
ya sé. Me dirás ¡Nadie es perfecto! Pero sí, todo se puede mejorar. El perder
la calma se convierte es un problema cuando se sale de control. ¿Cuántas veces
perdemos los estribos? y ¿Cuántas deberíamos mejorar “aquella” actitud que aún pasado el tiempo, creemos que obramos
con la debida compostura? Esa imagen positiva que “pregonamos” de nuestras
cualidades, sólo con “querer mejorarlas” y a través de una reflexión comedida,
nos ayudará a alcanzar y obtener los objetivos que nos propongamos para asumir
los contratiempos de manera responsable.
Pensemos
siempre que una buena autoestima lleva consigo amor condicional y todo surge
del placer de mejorar, no del rechazo a los demás. Si no confiamos unos en
otros, no seremos capaces de involucrarnos en actitudes sobre todo en asuntos
constructivos. Con frecuencia hallamos a personas que desconocen sus
capacidades y se sorprenden cuando alguien enumera sus valores y virtudes. No
pensemos que si algo puede salir mal, ¡saldrá mal!; pensemos que si no hay
motivos para pensar que saldrá mal, es preferible pensar que puede salir bien.
Las malas rachas no duran para siempre, centrémonos en las áreas de nuestra
vida que funcionaron bien y tengamos
presente que nuestras cualidades positivas y nuestras virtudes, harán anular
nuestros defectos.
Todo
consiste en definir nuestros objetivos, pensando en una nueva meta que podamos
alcanzarla y al mismo tiempo definirla a través de los pasos que nos conduzca a
ella. Desgraciadamente hoy vivimos una época agitada, más allá de la
explicaciones de los políticos y economistas, es como una pandemia de deseos
que nos empujan a una carrera sin fin, pues el objetivo del deseo es el próximo
deseo y no la satisfacción del presente. Todos tenemos la gran ocasión de
escuchar la acallada voz de nuestras necesidades. Empecemos por reconocerlas y
sigamos por honrarlas. De esta forma, seguro que obtendremos una vida más
sencilla, pero también más profunda.
Que
duda cabe que debemos tener esperanza. Esto significa que podemos alcanzar lo
que deseemos, puesto que la esperanza es una de las cosas más valiosas que
tenemos en la vida, pues nos hace fuerte, nos ayuda a superar los malos
momentos y nos hace seguir adelante cuando parece que no podemos más, nos da
fuerzas para luchar y al mismo tiempo nos aporta una sensación de calidez
interior y felicidad.
Y
por último saber perdonar. ¿Por qué no? ¡Perdonar! Sí: Perdonar es comunicar
expresamente el deseo de dejar atrás sucesos o comportamientos que han dañado
la confianza en el pasado. Pactar es, mejorar y empezar de cero.
Meditación:
¿Quieres ser feliz por un instante? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre?
¡PERDONA!
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