miércoles, 5 de septiembre de 2012

La libertad.

            La libertad tiene dos caras, y si solo tienes una de las caras, sentirás la libertad mezclada con la tristeza. Por eso debemos entender las características de la libertad.
            Ahora bien, la libertad no puede ser absoluta o ilimitada. El propio marco legal que establece y garantiza las libertades es, al mismo tiempo, uno de sus límites. Pero las leyes no son las malas de la película; no existen para darnos dolores de cabeza, ni estorbarnos; existen para demarcar el sentido y el alcance de las propias libertades, para que su ejercicio por parte de uno no menoscabe el derecho a otros; existen pues, para que podamos convivir los unos con los otros en libertad. Por eso no vale evadir el cumplimiento de la ley.
            Cuando alcanzas esa libertad, te sientes muy ligero, muy bien, muy feliz. Por primera vez, empiezas a disfrutar de tu propia forma de ser, porque tu forma de ser ha estado cubierta por todas esas cosas de las que te has liberado. Pero eso es solo la mitad, y luego vendrá la tristeza porque falta la otra mitad. Hemos conseguido liberarnos de algo, pero ¿para qué? La libertad en sí misma no tiene ningún sentido a menos que sea para algo, para lo creativo.
            El concepto de libertad es algo que a lo largo de la existencia humana nos ha hecho reflexionar en múltiples sentidos, siendo uno de los temas fundamentales de la filosofía. Por tanto, la libertad de obrar según la propia voluntad puede terminar por hacernos perder la tan deseada libertad. Entonces surge una repentina tristeza. ¿Qué camino elegir? Hasta este momento no nos hemos planteado la cuestión de ir dirigirnos a alguna parte, porque estábamos aprisionados. Toda nuestra conciencia se concentraba en la forma de liberarnos, por tanto nuestra única preocupación es cómo conseguir ser libres. Lo que nos ha ocurrido está muy bien. Pero necesitamos algo más. Debemos volvernos un creador. Tenemos que encontrar una creatividad que satisfaga nuestra libertad, de lo contrario, esa libertad estará vacía.
            Debemos crear algo o bien descubrir algo. O sacamos a la luz nuestro potencial, o nos vamos hacia nuestros adentros y tratamos de buscarnos a nosotros mismos, porque de esa manera tendremos algo de libertad.
            Aunque hable de la libertad, la gente tiene mucho miedo a la libertad. Pero, puedo decir por experiencia; ciertamente tarde o temprano  hay muy pocas personas que realmente quieran ser libres; inconscientemente saben que la libertad conlleva muchos problemas para los que no están preparados.
            En definitiva, las personas que comprenden que la libertad es simplemente la oportunidad de crear un mundo un poco más bello, al ser más conscientes, no pueden estar tristes.

Meditación: La verdadera libertad consiste en el dominio absoluto de sí mismo.

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