viernes, 7 de septiembre de 2012

De nuevo la amistad.

            Justamente hablo  de nuevo de la amistad, porque es precisamente ésta, la que hace bastante tiempo me produjo un doloroso desengaño. Algunos comportamientos confunden la relación de amor con la de amistad. Lo que si hay que equilibrar es la dosificación de ambos aspectos. La relación de pareja es un sutil equilibrio de amor y sexualidad, mientras que la de amistad es una relación de lealtad, complicidad, aceptando las diferencias y al mismo tiempo saber comunicarse.
            Siempre creí que la amistad era un valor indiscutible para mí, algo sin la cual no se puede vivir feliz. Por eso siempre he priorizado que a veces algunas  relaciones de amistad no son lo que ellas representaban. Sin embargo ahora me siento decepcionado al ver que hoy, después de haber pasado por una mala vivencia personal me encuentro apartado de una forma injusta.
            ¿Qué hice mal? ¿Tal vez confié demasiado en los demás? ¡¡No lo sé!! A veces, los valores los cuales elegimos creer, no son siempre importantes. Porque a veces, detrás de ellos se ocultan una necesidad disfrazada, sin apoyo, cuando en realidad, lo que se busca es una atención constante y una forma de evitar la soledad.
            La relación que existe entre los amigos es uno de los pilares de la salud emocional de cualquier ser humano; la camaradería es una relación al margen, mientras que con la pareja se comparte amor y sexualidad.
            En un ejercicio de sinceridad íntima, no siempre se comparten, opiniones, gustos y diversiones con la amistad. Tampoco en todo momento nos sentimos cómodos poniendo todo en común. Si lo pensamos bien, incluso omitimos expresar muchas opiniones y no siempre somos verdaderamente sinceros con nuestros verdaderos amigos.
            Es justo reconocer, que el amor se acaba; la amistad soporta mejor el tiempo. Con un amigo cooperamos y no competimos, sabemos lo que cada uno siente y piensa del otro teniendo  una disponibilidad para escuchar y apoyar en las horas bajas. A un amigo se le aceptan las debilidades y los errores, aunque desgraciadamente no siempre es así. Por eso decimos que, el nivel de amistad es un pacto tácito que debería perdurar sin tener en cuenta, una relación de pareja, puesto que esos momentos un verdadero amigo resulta el mejor apoyo.
            Estas angustias que diariamente nos invaden, nunca llegarán a decisiones firmes, puesto que nunca hubiéramos imaginado esas acciones que actualmente se muestran.
            Y aunque quizás nunca encontremos una respuesta clara, por lo menos sí hallaremos un sentido al esfuerzo que conlleva esa amistad. Porque la verdadera amistad requiere esfuerzo y entusiasmo. Y por qué no decirlo ¡una gran suerte!   
            A veces tiramos todo por tierra por una sencilla razón. La pasión. Ella hace que una antigua amistad se destruya. Por eso siempre debemos estar atentos para no tensar la “cuerda” y no confundir una cosa con otra. Se puede tener una relación de amistad, pero para que sobreviva, es necesario olvidar el dinamismo que representa una relación de pareja. No en vano, una amistad puede durar muchos años, mientras que una pareja estable, puede estar en peligro de extinción, siempre que no existan unos principios consolidados y duraderos, con el convencimiento de un verdadero amor.

Meditación: El auténtico amigo es el que lo sabe todo sobre ti y sigue siendo tu amigo.


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