martes, 11 de septiembre de 2012

¿Con qué frecuencia lo hacemos?

           Es realmente un verdadero compromiso hablar de este tema. No es mi intención poner reglas, puesto que el tema es verdaderamente complejo. La cantidad de encuentros sexuales es una cifra muy particular en cada pareja. Pero si existen roles de periodicidad normalmente establecido. Y es que el intervalo de las relaciones íntimas suele ser un tema que preocupa a muchas más personas de lo que imaginamos, inquieta respecto a si lo hacen con frecuencia, o si por el contrario, están por encima o por debajo de la media. Aunque debemos reconocer que el ritmo, de cada pareja es tan personal, como el deseo que les impulsa, y en la búsqueda del acoplamiento entre ambas personas, donde se halla el máximo placer.
            Tener deseos sexuales diferentes es la consecuencia natural de la individualidad: cada persona es un mundo, y su relación con el sexo depende, en gran medida, de su historia personal. Lo fundamental es que los miembros de la pareja conozcan, primero, los matices de sus propios deseos y puedan luego, como compañeros, conectarse satisfactoriamente.
            En materia de sexualidad, cada pareja es un mundo, y el deseo tiene ritmos diferentes en todas, creando difíciles expectativas de cumplir. No podemos hablar de frecuencia ideal o estándar, porque cada pareja es diferente y cada una tendrá sus propios gustos. Hablar de frecuencia “normal” sería imponer unos límites. ¿Quiénes somos para decirle a una pareja que lo hace dos veces por semana, que eso está mal? El problema se presenta cuando uno de los dos está en desacuerdo. Normalmente, al hablar de sexo, la gente tiende a mentir para estar dentro de un rango aparentemente más satisfactorio, y ello resta seriedad a esa información.
            Lo más importante es reconocer que cada uno es responsable de su sexualidad y, por tanto, debe hablar de ella de forma franca y desinhibida. (Aunque lo mejor es no hablar). Siempre debemos tener en cuenta que las parejas en vez de enfadarse, deben llevar al otro al terreno de su propia frecuencia. Dependiendo de la calidad de la relación, se obtienen los resultados. Las parejas más unidas emocionalmente tienden a acoplarse mejor, pero no es una condición suficiente. Siempre debe haber deseo, atracción y comunicación.

Meditación: Esta sociedad nos da la facilidad para hacer el amor, pero no para enamorarnos.


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