Cuantas veces hemos escuchado esto: “la felicidad está en las pequeñas cosas”. Pero, ¿qué quiere decir esta frase exactamente? Pues, que las cosas que nos hacen sentir bien, no son tan difíciles de conseguirlas. Mi pregunta es la siguiente: ¿Cómo apreciar lo que nos rodea, si a veces lo tenemos al alcance de la mano?
Cómo la belleza de la naturaleza, el cariño de los que nos quieren, disfrutar los placeres de los sentidos, como; escuchar música, bañarnos en el mar, mirar un cuadro o una puesta de sol, bailar, saborear una buena comida, etc. Hay muchas cosas a nuestro alrededor de las que podemos disfrutar, pero si dejamos que las preocupaciones ocupen todo el espacio en nuestra mente, difícilmente nos quedarán fuerzas para apreciarlas.
Por lo general tendemos a no valorar las pequeñas cosas cotidianas que se nos presentan, y sólo les damos importancia cuando sentimos su ausencia. Quizás por cotidiano, jamás celebramos la salida del sol. Solo lo añoramos cuando, en nuestras vacaciones en la playa o en la sierra, no se hace presente por varios días. Dejemos de esperar el “gran milagro” para disfrutar. Gocemos a diario de los “pequeños milagros” que, día a día, se abren a nuestro paso. Después de todo… ¿No será que el gran milagro es la conjunción de apreciar las pequeñas cosas?
Quizás encontrar la felicidad la podamos hallar en el sencillo y cotidiano trabajo en el cual diariamente nos ocupamos.
Y así en la búsqueda de nuevas oportunidades, llenas de insatisfacciones muchas veces no nos damos cuenta del verdadero valor de las personas y de las cosas que pasaron por nuestro camino. Lo lamentable es que por no darnos cuenta a tiempo luego cuando las perdemos queremos volver atrás y ya es tarde… muy tarde… La vida nos da todo lo necesario para que seamos felices, sólo que nos damos cuenta cuando ya no lo somos.
Meditación: Podrán robarnos todo lo que tenemos…pero nadie podrá quitarnos lo que hemos dado.
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