Existen adioses que acaban con todos los sentimientos, con todos los matices de la alegría, de la comunicación, del júbilo y de cualquier fantasía personal. Pero cuan triste es, cuando ese “adiós” ni siquiera se pronuncia; solo se convierte en angustia, culpa, y dolor; esperando que algún día pueda convertirse en el dominio idóneo de una expresión musical.
Meditación: ¿Por qué solo se tarda un minuto en decir hola y toda una vida en decir adiós?
Mi agradecimiento a Natalia autora de este vídeo.
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