Perdidos entre los problemas del exterior y nuestros conflictos interiores, a menudo nos cuesta saber lo que queremos. Aprender a encontrar la calma interior no es nada fácil. Debemos valorar y utilizar todos los recursos para impedir encontrar esa paz interior. Para decirlo de una forma simple, cuanto más calmados y serenos estemos, muchos menos errores cometeremos, siendo nuestras decisiones más efectivas.
Pero, ¿cómo lograr dejar de lado todas la preocupaciones del día a día, superar el mal humor por las discusiones, ese runrún mental de “debería hacer”, o “tengo que”, para conectar con nosotros mismo y preguntarnos qué es lo que realmente queremos?
Es muy importante a la hora de elegir, escuchar solo los comentarios de aquellos que crees que tienen opiniones bien fundamentadas; no escucharlos todo porque sí. También es de vital importancia, conocerte a ti mismo y saber lo que quieres. Esto es algo que se va adquiriendo con los años y no cabe duda, de a través de muchas equivocaciones.
De hecho, son los fracasos los que nos llevan a reflexionar y a aprender. Imagino que a medida que pasan los años cada vez sabremos mejor lo que nos conviene. El error mayor es no pararse a pensar en uno mismo y en “el qué dirán”, para no dejarse llevar por los problemas del exterior.
De esta manera y aprendiendo a observar nuestros pensamientos, sin atraerlos ni evitarlos, nos permitirán encontrarnos con nuestra calma interior.
Meditación: El amor es como la cerámica, cuando se rompe, aunque se reconstruya, se le ven las cicatrices.-
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