Es necesario que
para evitar malos entendidos, es de vital importancia la comunicación. Esta es
una de las necesidades que de por sí implica una sensibilidad especial para
ponerse en el lugar del otro, e incluso poder experimentar determinadas
opiniones. Todos estos intercambios de funciones nos permiten que a través de
una locuaz comunicación se reflejen todos los aspectos de carácter emocional
que puedan llevar ese mensaje. Necesitamos comprender que muchos de esos malos
entendidos podrían evitarse, pero Uds. me dirán ¿cómo llevarlo a cabo? No desearía entrar en conceptos filosóficos,
puesto que ello nos llevaría a teorías muy complejas y es posible que yo no sea
capaz de explicarme con la debida claridad.
Cada ser humano
es de una personalidad propia e individual de por sí. Eso hace que cada uno de
nosotros seamos distinto respecto a los demás con los que convivimos en nuestro
entorno. La pregunta que anteriormente formulé, queda muy identificada a través
del tiempo, aunque en nuestros días se presente con mayor frecuencia, debido a
que cada vez deseamos pertenecer más a
un mundo muy individual y personal.
Todo
entendimiento necesita de un intercambio de comunicación; es decir de hablar y
escuchar, jamás silenciar obstinadamente, tratando de eliminar u olvidar las
propias opiniones que todo buen entendimiento es el fin que perseguimos. Todos,
afortunadamente tenemos la capacidad de entendernos siempre y cuando apliquemos
el afortunado valor de la comunicación. Pensemos que cada uno de nosotros es un
mundo diferente y como tal, estamos sujeto a percibir la realidad de maneras
diferentes.
Entonces, me
pregunto; ¿por qué cada vez nos entendemos peor, será porque no sabemos
explicarnos, o quizás hacemos “oídos sordos” a lo que nos dicen? Es posible que
pueda que no llevemos la razón y “aquello” nos cueste reconocerlo. Comprendo
que debemos preocuparnos no sólo de decir siempre lo correcto, sino también de
como se dice. ¿Cuántas veces unas palabras inadecuadas pueden desencadenar un
mal entendido? Reconozco que a veces no es fácil o no queremos escuchar, puesto
que ésta es sin duda, la parte más difícil de la comunicación.
Lo cierto es
que; ¿cuántas veces hablamos una y mil veces y ni siquiera se dignan contestar.
Me pregunto: ¿es eso correcto? ¿Temen que se descubra su verdadera
personalidad? De esa forma lo que se consigue es una intolerable tensión ante
una situación social frente a esa persona, limitando su propia forma de ser. ¡Reflexiona!
Es posible que
detrás de cada emoción que nos desagrade, haya una necesidad que queda al
descubierto. Es entonces cuando puedes cambiar el mal entendido por una
explicación directa y acertada. La comunicación en estos caso se convierte en un
proceso dinámico que implica informar, compartir, dialogar, etc. para al mismo
tiempo transformar las relaciones personales en un clima satisfactorio evitando
de esa manera los malos entendidos.
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