Sé que muchos me
dirán: ¿qué tiene una persona sensible distinta a otra que no lo sea? Este es un apartado muy a tener en cuenta en
Psicología. Debido al poco espacio del que dispongo, intentaré hacer un breve
comentario, siempre bajo mi propio criterio. No intento convencer a nadie de
mis ideas personales. Las personas altamente sensibles tienen un sistema
nervioso muy afectivo por lo común y, por lo general susceptible a cualquier alteración en su vida.
Todo lo ven desde un punto de vista muy auténtico. No, no es ningún defecto
personal, pero si les puedo asegurar que son personas que sufren muchísimo,
debido a su estado emotivo, creativo y solidario.
Estos tipos de
personas suelen ser altamente conscientes, están dotados al mismo tiempo de
gran inteligencia, un gran poder de intuición y sobre todo de gran imaginación.
Todo debido a una gran capacidad sensorial que los hacen únicos en sus formas
de actuar y de pensar. Si reconoces estas actitudes entre algunas de tus amistades,
puedes estar satisfecho de canalizar sus estímulos, y seguro que te harán vivir
formas muy distintas a como tú puedas
percibir las emociones, aunque siempre existan incompatibilidades.
Este tipo de
personas suelen pasar inadvertidas para los demás, pero si te relacionas con
ellas observarás que manejan un gran “abanico” de información debido a que todo
lo analizan y lo reflexionan con sumo interés. Son tipos que no desesperan ante
las adversidades, aunque su estado de introversión les hace de un carácter
insistente. Es decir para ellos el “razonamiento” es la principal virtud para
sentirse sensibles. Unos de los principales condicionantes de estos tipos de
personas es su enorme adición a la música, lo cual hace que se explique de un
poder de sensibilidad atribuido a su
alto nivel intuitivo, siendo capaces de fijarse y analizar los detalles más
sutiles, que a veces muchos no perciben. Como decía al principio, no es ningún
defecto pero lo suelen pasar mal, ya que viven expuestos a una “radiaciones”
emocionales sin filtros que les proteja, pero sus rasgos les caracteriza por
una fuerte personalidad, que bien canalizada, pueden convertirse en un don para
ellos mismos y para los que les rodean.
Toda esta
condición de sensibilidad no les excluye, ni les desconecta de nada. El
problema a veces surge a partir de pequeños desengaños cotidianos que se van
agravando con el tiempo, dejando paso a la desilusión y a la frustración. Por
otra parte, su condición de sensibilidad les lleva a sufrir preocupaciones
mucho más de lo habitual, ocasionándoles problemas que lo demás no entienden.
De hecho las personas extremadamente sensibles pueden reaccionar de manera muy
emocional ante las injusticias o la incomprensiones de lo que les ocurre,
llegando a sentirse verdaderamente “heridas”.
Siempre dije que
amar la vida es comenzar a sensibilizarse y aceptarla tal como es. No siempre es
de color de rosa. Esta aceptación está en el centro de las personas con alta
dosis de sensibilidad. Toda aceptación nos lleva finalmente a una decisión
paradójica: la de no elegir, no rechazar, ni eliminar nada. Todos los
considerados sensibles ante el evento de su vida, activan y traducen su
capacidad para intentar ofrecer siempre una respuesta adecuada al estricto
sentido de la razón. Esta sensibilidad
de la que hablo, nos lleva a crear un vínculo afectivo que con el tiempo
contribuye a una estabilidad muy sólida como adulto.
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