lunes, 4 de enero de 2016

Tómate tu tiempo.

             ¿Muchos pensamos elegir cómo queremos que sean nuestras vidas?  Es cierto, aunque no tenemos más remedio que conformarnos con lo que la propia vida nos presenta. Nos llevamos en nuestra juventud planificando lo queremos ser. Pero algunas situaciones de cuanto nos suceden, se encuentran fuera de nuestro control, como por ejemplo la suerte o los genes. Por tanto a la larga se ratifica que “aquello” no era ni por asomo lo que pensamos que fuera.
           Son en esos momentos, cuando tomarse un tiempo podría ayudarnos en muchos aspectos. En primer lugar nos ayudaría a pensar mejor las cosas. Creemos que lo más inteligente es ser reactivo, rápido y tener respuesta para todo y en todo momento. Pero claro eso no es pensar, eso sólo es reordenar perjuicios y “enviarlo al exterior” Eso es hablar sin pensar; por ello lo que deberíamos aprender es a pensar, teniendo de esta manera la obligación de hacer respetar nuestro propio tiempo.
            No todo han de ser precipitaciones, tomarnos el tiempo necesario nos permite la renovación del cuerpo, del espíritu y de la mente. No existe nada más saludable como hacer un alto en el camino y darle el tiempo a la pereza creativa, para dejar que ella se manifieste, y de esa forma regalarnos esos momentos de “cero” preocupaciones, hasta donde podamos llegar, sin que la culpa se apodere de nosotros, así le permitiremos al tiempo hacer su trabajo de restauración.
            Pensándolo bien, ¿qué nos sucede, cuando solemos tomar nuestras propias decisiones? Que muchos de nuestros actos nos salen mal. Eso puede ser real. Dejarse llevar a veces no significa ser descuidado, ni imprudente. El problema consiste en aferrarnos a situaciones precipitadas. Por ejemplo: la ira hacia quien nos ha agraviado u ofendido, no habiéndonos tomado el tiempo necesario, siempre nos llevará a ciertos temores. Comprendo que enojarse es natural, indudablemente forma parte del ser humano. La cuestión es: ¿qué hacemos con ese enojo que mantenemos durante tanto tiempo? Son cuestiones para reflexionar: en estos casos deberíamos dejar pasar un espacio prudencial dejando pasar el tiempo sin tener contacto con quien me ha hecho enojar, y simplemente dejar que el tiempo haga su trabajo.
            Hay quien opina que disfrutar de la vida es vivirla frenéticamente. Todo es, cuestión de entender la vida y afrontarla de forma diferente. Para muchos vivir al límite y a alta velocidad es la forma adecuada para ser feliz. En cambio otros necesitan tomarse el tiempo necesario para encontrar el camino y las formas que les haga vivir con calma y poco a poco. Es cierto que para ciertas “cosas” no necesitamos tiempo, cómo por ejemplo: nadie se plantea si nuestro bebé sabrá mamar, o si sabrá respirar al nacer. En estos casos la mente no necesita tiempo para estos casos, puesto que nuestros genes están constituidos para solucionar de forma predeterminada dichos momentos.
             Cuando necesitamos un tiempo, es porque hemos tenidos problemas importantes, puesto que existen cosas que no funcionan y sentimos la necesidad de tomar el buen camino, debido a que ya no existe complementariedad y entonces puede ocurrir que necesitemos ese tiempo para reflexionar.
 
Meditación: Podrás engañar a algunos algún tiempo, pero no podrás engañar a todo el mundo todo el tiempo.

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