domingo, 8 de noviembre de 2015

¡No te des por vencido!

             Si, ¿por qué darnos por vencidos? Si el impulso que realmente necesitamos para no tirar la toalla, siempre está dentro de nosotros mismos. Pero lo reconozco, el cuerpo humano tiene un límite y es cuando decimos; “esto es imposible” “no hay manera de hacerle comprender”  “por mí no a ha quedado”; son estas y algunas más, las que se nos vienen a la mente cuando realmente no encontramos solución a lo pasado. Sí, es muy triste, existen días y momentos en los cuales sucumbimos y nos dejamos llevar por la derrota. ¿Qué mecanismos deberíamos poner en práctica para conocernos mejor y poder alcanzar nuestros objetivos? ¿Cómo superar nuestras limitaciones y bloqueos, para conseguir reforzar nuestra autoconfianza? ¡No es nada fácil! La motivación es un “motor” propio que nos sale de dentro. Entonces, ¿qué cosa nos falta?
            A lo largo de nuestra vida nos encontraremos con grandes obstáculos, con dificultades extremas, que nos hacen pensar que no vamos a ser capaces de lograr nuestros objetivos, que vamos a fracasar y que no merece la pena seguir luchando.        
             Todo lo comprendo. Pero  la clave para no desistir es tener una mente clara, es decir, que sepamos siempre hacia donde nos dirigimos y un corazón valiente lleno de coraje  para atajar todas las adversidades. Vivimos en una sociedad emocionalmente cansada; así nos lo dicen diariamente los medios de comunicación, una sociedad que se queja demasiado, que es triste, a la que le falta proyecto individual y colectivo. En verdad todos somos hijos de esta sociedad que nos ha tocado vivir, con mucha información, pero desgraciadamente con pocas ilusiones.
             Considero que un error, es siempre una fuente de aprendizaje, algo de lo que tenemos que sacar lecciones valiosas para emprender nuevas metas, y enmendarlo para que ese fracaso no nos hunda. Cuántas veces hemos oído decir: “el camino nunca es fácil, tiene tantas rosas como espinas. Comprendo que si fuera tan sencillo, no valdría la pena. Por eso cuando cometemos errores, cuando las cosas no nos salen bien, debemos volver a levantarnos y seguir intentándolo.
             Si fijamos nuestra mente en la idea de rendirnos, no es una opción, no podemos darnos por vencidos y continuar luchando. En cierto que podemos tener más o menos éxito a la hora de conseguir esos objetivos que nos hemos planteados pero, lo que está claro, es que tenemos muchísimas más posibilidades de triunfar si seguimos luchando que si nos damos por vencidos, puesto que al rendirnos nuestras posibilidades irán reduciéndose a cero.
             El que dispone de voluntad en sí mismo, ya dispone de una motivación para vencer esas dificultades, y si al mismo tiempo es capaz de renunciar a la satisfacción de lo inmediato, seguro que tendrá visión de futuro. Los poderosos y los triunfadores no se hacen de un día para otro, sino de empujes, desvelos y obstinaciones, para llegar a soluciones positivas. Aprender a vivir, es ser capaz de superar las frustraciones que la vida nos impone con su devenir, con el único fin de encontrarnos con lo mejor de sí, braceando contra el oleaje, a pesar de que la vida nos impida avanzar.
 Meditación: Todo el mundo trata de realizar algo grande, sin darse cuenta de que la vida se compone de cosas pequeñas.
 

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