viernes, 27 de noviembre de 2015

Dibujar una sonrisa.

           Siempre es más satisfactorio ver a alguien con un rostro sonriente, que con un rostro contrariado. La responsabilidad no está reñida con el buen humor. Por eso cuando se nos presenta alguien con aspecto agradable y su rostro nos refleja una sonrisa, parece que nos ofrece más confianza, puesto que el buen humor ayuda a discernir mejor lo que es auténticamente importante de lo que es trivial e irrelevante.
          Por eso dibujar una sonrisa entre nuestros labios, siempre mejorará nuestro humor, haciendo que los demás se nos acerquen con más amabilidad. Pensemos que una sonrisa no nos cuesta nada en términos de dinero, tiempo o esfuerzo, pero es verdad que literalmente puede tener extremada importancia en nuestra propia vida.
            Aunque nos parezca una simpleza, deberíamos tener en cuenta que el simple hecho de sonreír, ya nos pone de buen humor, consideremos que cuando nuestro cerebro está contento, manda sonreír al rostro. Es la mejor manera de estar en el  mundo y a veces cuando pienso en alguien sonrío, aunque no sepa que posiblemente ni siquiera esté pensando en mí. Así nos adaptamos a las situaciones que la vida nos presenta y no estar permanentemente en rebeldía.
            Por ello la sonrisa no es solo una prueba de que somos felices; sonreír con dulzura ante los demás, también mejora nuestro humor. Aunque a veces, ¿cuántas veces nuestro interior está tremendamente triste y sin embargo afloramos ante los demás un rostro sonriente? Si, reconozco que es una ironía, pero es mejor no preocupar a los que nos rodean, y no preocuparles con nuestro interior. No creo que llegue a ser una falta, estar llorando por dentro y no mostrarlo ante los demás. Siempre se ha dicho que: “una sonrisa vale más que mil terapias” A menudo el simple hecho de dar unos “buenos días” o unas sencillas “gracias” acompañado de una sonrisa, nos muestra una alta dosis de felicidad.
            El simple hecho de esbozar una sonrisa, puede ayudar a nuestro entorno percibiendo que se sientan mejor, ya que nuestro rostro con una sonrisa puede hacer que nos sintamos realmente felices, alegres o divertidos. Aunque “sonreír no significa estar contento”. En algunos casos, una sonrisa puede ser limitada, expresando cortesía. Puede ser en determinados casos una forma de ocultar sentimientos, tales como el nerviosismo o la vergüenza.
            Todos sabemos que reír de forma forzosa no es lo mismo que reír con ganas, ni aporta los mismos beneficios. En general la sonrisa es algo que vale mucho y que no cuesta nada, es algo que enriquece a quien la recibe pero sin empobrecer a quien la da,  aunque dure escasos segundos, siempre el que la recibe se siente mucho mejor y difícilmente la olvidará. Uno debe acostumbrarse a sonreír aunque esté triste, pues aunque esa sonrisa encierre una tremenda tristeza, más triste es no sonreír.

                  Meditación: La sonrisa de un niño es más hermosa que la joya más valiosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario