sábado, 8 de febrero de 2014

¡Sí, todavía me sorprendo!

            Se dice; quien se sorprende no es indiferente: quien no conoce la sorpresa está cerrado al mundo, a la humanidad, a la existencia. Eso hace que sea imposible cualquier conexión con ellos. Han pasados muchos días y muchos años desde mi nacimiento, cada día me levanto con el convencimiento de que la vida es bonita, sin importarme muchas de las cosas que puedan suceder a mí alrededor, pero desgraciadamente, aún hay cosas que me sorprenden profundamente.
            Esta vida que me ha tocado vivir, me enseñó que todo llega, tanto lo bueno, como lo malo, pero siempre a costa de un gran sacrificio, y esto es lo que me hace valorar las pocas cosas que tengo, Y aún, sabiendo que siempre mi vida ha sido así, todavía hay veces que ésta me sorprende.
             Una puesta de sol, el brote de una pequeña plata, la risa de un niño, la reconciliación de una amiga, etc., numerosas son las fuentes de sorpresa que se nos cruzan en el camino de la vida. Todas pueden constituir un precioso motivo para dar un nuevo sentido a mi vida y dejar de sorprenderme.
             Hay momentos en la vida en que nos ponemos a pensar que Dios se ha olvidado de nosotros, puesto que empiezan a salirnos las cosas mal y a sucedernos eventos negativos que hasta llegan a confundirnos y sorprendernos.
             Pero no debemos desanimarnos, ni echarle las culpas a nadie. Todo lo contrario, puede ser una gran oportunidad para avanzar y quizás mejorar nuestras vidas. No debemos perder la fe, ya que esa situación haga que aparezcan nuevas perspectivas ante nosotros, alcanzando el éxito que anteriormente se mostraba oculto. Generalmente decimos; “la vida siempre nos sorprende”. Pero lo que nos sorprende son situaciones concretas y relevantes que no esperábamos, o que se manifiestan de otra manera.
           Actitudes de personas de las cuales nunca esperábamos raros comportamientos desencadenando situaciones de verdaderas tensión y rechazo. Por eso es tan importante ir a nuestro interior y ver qué ha producido determinada respuesta, puesto que siempre hay algo en nosotros para vernos abocado a una sorpresa.
             Y me pregunto; ¿existirá una realidad verdadera?, puesto que si no fuera así, cómo llamaríamos a las creencias en que vive la humanidad en este aletargado sueño.
              A veces necesito escribir cosas sencillas y simples sin complicaciones, ni extensos  tratamiento, sólo para comprenderme a mí mismo y conseguir no sorprenderme de nada.  Camino en silencio, observando cómo el mundo se mueve dentro de una gran cinta de cinematografía. ¡Todo es ficticio! La publicidad, la televisión que emboba creando artificiales anhelos a los más débiles. Sólo con observar me doy cuenta que aún ¡Cuántas cosas me sorprenden!

 
Meditación: Al despertar tenemos dos opciones; volver a dormir y seguir soñando o despertar y alcanzar esos sueños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario