miércoles, 12 de febrero de 2014

Los abusos de las nuevas tecnologías.

            Debemos reconocer que Internet posee cualidades específicas que contribuyen a potenciar su adicción, entre ellas las relacionadas con la velocidad, accesibilidad e intensidad de información, junto con la amplia oferta de servicios disponibles.
            Tenemos que reducir el tiempo que dedicamos a las pantallas ¡y vivir! A esto se añade otra característica fundamental, que es “el anonimato” sin olvidar que la disponibilidad es otro factor de riesgo, sobre todo en grupos de jóvenes. Otras de las consecuencias de estos abusos son la media de tiempo que los jóvenes pasan delante de la pantalla (televisión, ordenadores, tabletas, móviles, etc.), y casi siempre es un consumo de tiempo innecesario, plasmado casi siempre en consumo de sexo, violencia, etc., en resumen, de valores existenciales problemáticos.
           Si consideramos el tiempo diario dedicado a las principales “nuevas tecnologías” al menos en España, y en el sector de jóvenes y adolescentes, es muy probable que superen las seis horas diarias, es decir, la cuarta parte de su tiempo.
             No hay que olvidar que nos han sido impuesta, no propuestas, por medio de estrategias de márketing, que nos han puesto en una relación de deseo; “Yo también lo necesito” y de sumisión, “No puedo vivir sin él” Las pantallas han invadido la totalidad de nuestras vidas y mantenemos con ellas una relación adictiva: consultamos el e-mail constantemente, no salimos nunca sin el móvil, estamos perdidos sin el GPS.
             En cuestión nos dirigen y nos dominan. Una simple pregunta puede poner de manifiesto nuestras prioridades. Si tú móvil vibra mientras estás con alguien, ¿a quién priorizas: al humano que tienes frente a ti o al que está detrás de la máquina?
             Por otro lado, la adolescencia constituye una etapa del ciclo vital en la que predominan los cambios, la confusión; en una palabra, dónde se consolidan la identidad personal. En esta etapa es frecuente encontrar consumo de tabaco, alcohol u otras sustancias, que en ocasiones pueden representar una forma de atenuar la ansiedad.
             Nos hace falta retroceder, las tecnologías son una forma de progreso. Pero hoy sabemos que el progreso tiene también una parte de sombra.
            Si. Estamos convencidos de que todo ello contribuye a la agudeza de una nueva mirada al mundo. Pero sin llegar tan lejos, es urgente establecer las reglas del buen uso de las nuevas tecnologías.
            Reducir el tiempo que dedicamos a las pantallas ¡y vivir! Multipliquemos los instantes de no-acción, de no-pantalla; reencontremos el gusto por la calma, la lentitud y la reflexión. Cuando nos resistamos a esa tentación y meditemos pausadamente, es entonces cuando estamos realmente en lo esencial y encontraremos el vínculo con nosotros mismos.
 
Meditación: La tecnología no es en sí el fin, sino el medio entre la sociedad del conocimiento y el desarrollo mundial.
 


 

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