jueves, 16 de enero de 2014

Olvidar no es fácil.

             Cuando perdemos a un ser querido decimos: “¡Ah, esto es por ahora, pero con el tiempo dejará de doler”. Pero no nos damos cuenta de que la vida es muy sabia y al mismo tiempo muy cruel, y ella nos hará recordar que a penas somos un minúsculo grano de arena en este mundo. De esta manera pasan los días y recordamos más aquellos momentos vividos, en que un día éramos felices juntos, y ahora ya nunca será posible. Ciertamente es un camino doloroso.
             Así día a día, seguimos preguntándonos; ¡por qué! Pero pronto la respuesta me hace entender; “no seas necio”. ¡Es que debe ser así! Y así se ha cumplido. Cada día sigo preguntándome: “si hubiera tardado algún tiempo más, cuantas cosas  hubiéramos vividos juntos”.
             Olvidar no es fácil y el camino que me queda  a seguir es bastante doloroso. Es como estar pagando una penitencia, que nunca tiene fin. No debo pensar que con los días las penas se van, no es así, es como un proceso que continuamente hay que aceptar y vivir irremediablemente
             Hay días que afluye la rabia, la pena, la resignación, pero al final ¡más pena aún! A través de la razón, el instinto y la reflexión, puede llegar al equilibrio existencial, el cual todo humano posee, y solo éste me hace vivir en paz y en armonía.
             A veces  necesito recordar, pero no con la memoria cerebral sino con el ser que llevo dentro; es el que me hace regresar a la calma y a la serenidad. Ir superando ese triste suceso es un proceso de ajuste emocional que solo el tiempo es el mejor aliado para sentirme mejor y cuando esto sucede, me propongo aceptar la nueva vida.
             El tiempo suele marcar un proceso natural por el que debo transitar, se trata de ir viviendo un día solamente, sin pensar en el siguiente y así sucesivamente. Solo me queda tu sonrisa de paz dormida en mi recuerdo, y el corazón me dice que por mucho esfuerzo que haga, jamás podré olvidarte, sabiendo que te he perdido para siempre.
            Mi pregunta es: ¿Qué debo hacer? Sí, no hay más solución que seguir el camino elegido y caminar con la esperanza de que todo irá relativamente bien. Ahora noto que los días son diferentes y mi aliento aunque parezca igual, se desvanece con el paso del tiempo.
            Entre la razón y el sentido, parece que todo debe encontrar un lugar para el traslado de los sentimientos internos, aunque el corazón, cuántas veces se apresura y es entonces cuando el dolor y la nostalgia invaden mi ser.
            Es imposible no sentir tu ausencia durante fechas importantes, como las pasadas recientemente. No es posible no recordarte en los lugares que juntos hemos vividos, sobre todo en estas últimas fiestas, o a través de momentos inolvidables juntos a los familiares y los niños.        
              En el silencio de la noche, cuando todo se cubre, es cuando mejor veo tu imagen, recordando una larga historia de amor. Es como una crónica que puso fin a tú vida, pero que se mantiene viva en mi pensamiento.

                  Meditación: Sólo lo que se pierde es adquirido para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario