Cuantas veces sentimos en realidad que
nos servimos para nada; esto es tan frustrante que percibimos que estamos en la
vida como un simple adorno, aunque debemos de considerar que el mínimo acto de
servicio al prójimo es una fuente de felicidad y satisfacción si se emprenden
con la condición paradójica de no esperar nada a cambio.
Por
eso el deseo de sentirnos útil, es sentir que estamos haciendo algo bien y que
nos gratifica como persona y muchas veces nos hace sentirnos un poco más
importante.
Y
en eso precisamente consiste la vocación de gratitud: es como una actitud
voluntaria de colaboración y ayuda a los demás, queriendo ser útil en sus
vidas, de forma que las necesidades ajenas se tornen tan importantes como pueden
ser las propias. En general es la manifestación de una entrega generosa que se
deriva de la conciencia de que tenemos algo que dar a otras personas, aunque
solo sean “gracias”.
Dicen
las estadísticas que cada día damos las gracias más de veinte veces. Las damos
cara a cara, por teléfono, por correo electrónico, por WhatsApp, por Facebook, etc. A veces
lo hacemos de forma automática, casi sin darnos cuenta. La pregunta es: ¿cómo
es posible que aún existan personas que se niegan a dar las gracias. Es decir; “simplemente gracias”. El gráfico que
ilustra este pequeño artículo pertenece al desgraciado accidente ocurrido en
Santiago de Compostela el 24 de Julio del 2013. En él se representa a un
bombero portando sobre sus brazos a una chica joven herida la cual se
encontraba sola y sin protección. Unos días después, entrevistado esto señor
por algunos medios de comunicación, dijo ante la opinión pública, que era lo
más hermoso que había recibido, después de haber efectuado numerosísimos actos
de servicio durante su vida profesional. “La chica al sentirse protegida en
brazos de aquel bombero, sólo pudo pronunciar: “gracias”.
Existe una gran diferencia entre
dar las gracias y mostrar nuestro agradecimiento
Dar las gracias es una respuesta
espontánea, automática, es como un convencimiento social que por educación o
ética personal hacemos hacia una persona, a la cual le deseamos lo mejor para
su vida. Sin embargo mostrar nuestro agradecimiento va mucho más allá de
pronunciar la palabra mágica “gracias”, en
este caso es mostrarle a la otra persona que realmente valoramos y apreciamos
lo que ha hecho por nosotros o lo que desea que sintamos. Mi pregunta es la
siguiente: ¿qué es necesario realizar, para manifestar a determinadas personas, lo que hacia ellas
sentimos o deseamos?
Mostrar
esa gratitud, esos pequeños detalles en determinados momentos, son más eficaces
que las palabras y mucho más indicados para transmitir nuestros
sentimientos. Y es en esos momentos en
los cuales nos damos cuenta de cuánto nos aprecian, trayéndonos de vuelta al
momento presente y enfocándonos en lo realmente importante.
La
negación a este sencillo acto, denota una actitud de identidad negativa, con
arreglo a un conflicto de personalidad, el cual puede actuar por orgullo
personal, desconfianza y recelo de todo lo que provenga. Todo ello implica un
vacío existencial, es decir no sentir paz interior, al faltar ese sentimiento
de unidad interior, y no lograr desde alguna área de la personalidad, algún
grado de autorrealización, llegando a expresar un vacío de esperanza y
expectativas futuras.
Meditación:
El que da, no debe volver a acordarse; pero el que recibe nunca debe olvidar.
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