sábado, 25 de enero de 2014

Dar sencillamente las gracias.

           Cuantas veces sentimos en realidad que nos servimos para nada; esto es tan frustrante que percibimos que estamos en la vida como un simple adorno, aunque debemos de considerar que el mínimo acto de servicio al prójimo es una fuente de felicidad y satisfacción si se emprenden con la condición paradójica de no esperar nada a cambio.
           Por eso el deseo de sentirnos útil, es sentir que estamos haciendo algo bien y que nos gratifica como persona y muchas veces nos hace sentirnos un poco más importante.
           Y en eso precisamente consiste la vocación de gratitud: es como una actitud voluntaria de colaboración y ayuda a los demás, queriendo ser útil en sus vidas, de forma que las necesidades ajenas se tornen tan importantes como pueden ser las propias. En general es la manifestación de una entrega generosa que se deriva de la conciencia de que tenemos algo que dar a otras personas, aunque solo sean  “gracias”.
            Dicen las estadísticas que cada día damos las gracias más de veinte veces. Las damos cara a cara, por teléfono, por correo electrónico, por WhatsApp, por Facebook, etc. A veces lo hacemos de forma automática, casi sin darnos cuenta. La pregunta es: ¿cómo es posible que aún existan personas que se niegan a dar las gracias. Es decir; “simplemente gracias”.  El gráfico que ilustra este pequeño artículo pertenece al desgraciado accidente ocurrido en Santiago de Compostela el 24 de Julio del 2013. En él se representa a un bombero portando sobre sus brazos a una chica joven herida la cual se encontraba sola y sin protección. Unos días después, entrevistado esto señor por algunos medios de comunicación, dijo ante la opinión pública, que era lo más hermoso que había recibido, después de haber efectuado numerosísimos actos de servicio durante su vida profesional. “La chica al sentirse protegida en brazos de aquel bombero, sólo pudo pronunciar: “gracias”.
            Existe una gran diferencia entre dar las gracias y mostrar nuestro agradecimiento
            Dar las gracias es una respuesta espontánea, automática, es como un convencimiento social que por educación o ética personal hacemos hacia una persona, a la cual le deseamos lo mejor para su vida. Sin embargo mostrar nuestro agradecimiento va mucho más allá de pronunciar la palabra mágica “gracias”, en este caso es mostrarle a la otra persona que realmente valoramos y apreciamos lo que ha hecho por nosotros o lo que desea que sintamos. Mi pregunta es la siguiente: ¿qué es necesario realizar, para manifestar  a determinadas personas, lo que hacia ellas sentimos o deseamos?
            Mostrar esa gratitud, esos pequeños detalles en determinados momentos, son más eficaces que las palabras y mucho más indicados para transmitir nuestros sentimientos.  Y es en esos momentos en los cuales nos damos cuenta de cuánto nos aprecian, trayéndonos de vuelta al momento presente y enfocándonos en lo realmente importante.
            La negación a este sencillo acto, denota una actitud de identidad negativa, con arreglo a un conflicto de personalidad, el cual puede actuar por orgullo personal, desconfianza y recelo de todo lo que provenga. Todo ello implica un vacío existencial, es decir no sentir paz interior, al faltar ese sentimiento de unidad interior, y no lograr desde alguna área de la personalidad, algún grado de autorrealización, llegando a expresar un vacío de esperanza y expectativas futuras.


        Meditación: El que da, no debe volver a acordarse; pero el que recibe nunca debe olvidar.
 




 

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