viernes, 12 de abril de 2013

Asumir el pasado.

              Existen diversos puntos de vista de donde iluminar nuestros recuerdos, siempre dependiendo de cómo lo hagamos, podrán sernos de ayuda o dificultar el camino. A lo largo de la vida atesoramos todo tipo de recuerdos a partir de las experiencias vividas.
            Todo eso que llevamos en nuestro interior de forma emocional, es como si fueran “vitaminas” emocionales. Decía Dostoyevski: “quien tiene recuerdos felices de su infancia está salvado para siempre”. De alguna forma, nosotros usamos nuestras conservas emocionales como forma de recordatorio. A veces en los momentos de soledad en el “desierto” de nuestra vida, son en esos instantes en lo que no vemos los encantos pasados, perdiendo la ilusión o, simplemente en un día malo, en el que nos sentimos bajo de moral. Es entonces cuando debemos de recordar, o tener bien presente, que hay cosas de mucho valor a nuestra disposición e incluso aunque sean pequeñas.
            Para nosotros eso es una metáfora de lo que debería ser la vida Por bonito que haya sido el día anterior, si tú te aferras a lo que has vivido, no consigues construir nada en el día actual. Tenemos que desprendernos del “dibujo” anterior, guardándolo en la memoria y en el corazón, eso sí, sabiendo que cada día tiene su propio “dibujo” y tú tienes que construirlo. De una experiencia negativa deberíamos soltar todo menos el aprendizaje, soltar las emociones que tuvimos en ese momento, sobre todo aquella rabia, aquella ira, o aquella tristeza.
            Pero por mala o equivocada que haya sido la experiencia, quizás podamos preguntarnos: ¿Qué puedo aprender de toda esta situación, que me sirva para trabajar mejor en mi presente y quizás a construirme un fututo mejor?
            En definitiva eso es sencillamente evolución y madurez, que nos sirve para vivir una vida sin tantas cargas. Lo importante es que tenemos un centro en nuestro interior que es nuestra esencia, y eso es lo que no tenemos que perder. Pero, para lo demás, es bueno
            Ser flexible, porque en verdad no estamos perdiendo nada nuestro que sea fundamental, sino que estamos adaptándonos dentro de las circunstancias y la situación que nos produce aplicándonos la máxima inteligencia. Eso se convierte en una fuente de energía que nos ayudará a avanzar.

Meditación: No dejes nunca el pasado como pasado, porque pondrás en riego tu futuro.

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