Por regla general
las amistades deberíamos cuidarlas, piensas que merece la pena por la sencilla
razón de que somos seres sociales, y nadie quita que en alguna ocasión
necesites de su apoyo o de su consejo. Mantener un estado satisfactorio en
nuestra vida es necesario gozar de buenas amistades, y no estar siempre ante un
comportamiento de lucha y tensión. Comprendo que no es nada fácil, pero tampoco
es cuestión de estar pensando continuamente que nos están “atropellando” Por tanto
deberíamos controlar esos arrebatos de desconfianza y reaccionar de forma
“razonada” pensando que los humanos estamos vinculados con los demás; sólo el
amor y la confianza en ti mismo harán que te lleven a sensaciones agradables.
Pero no nos ahoguemos en un mar de impresiones que sólo pueden llegar a la
culpabilidad, la frustración, y el rencor; piensas que todo este cúmulo de
desequilibrios se puede volver contra ti mismo.
Siempre deberías
pensar, si es que hubo alguna desavenencia, que no es lo más grave que ha
sucedido en el mundo, por tanto, tratas de equilibrar la situación y no te
dejes llevar por la desventaja y la rabia contenida, negando un perdón a
perpetuidad si es que te lo piden. Quedarse de esa manera pensando que es una
situación drástica, al final sólo nos traerá en el fondo tristeza, ya que pudo
haber otra manera de entendimiento, puesto que el dar y tomar, siempre debe ser
equitativo.
La mayoría de
nosotros, no tenemos voluntad de ir probando error por error, vivimos una sola
vez y cuando vemos los errores nos desesperemos por haberlo realizado. Si mil
veces te pidieron perdón junto a mil razones. ¿Por qué negárselo? Aceptas que
todo el mundo “falla” si es que así lo consideras, pero analizas que desde ahí
se puede construir una mejor amistad basada en el respeto mutuo y que de alguna
manera responda al justo reconocimiento de saber interpretar de que a veces
nada de lo que hacen los demás es contra ti, por eso es importante que no lo
tomes como una afrenta personal. Es posible que sea una manera de demostrar el
afecto que ante una amistad lo merece.
Creo que en
algunos de mis artículos he mencionado dicha frase; “siempre tu conciencia te
dictará tu deber”, Por tanto, si crees que algo debes hacerlo; ¡hazlo! Y no te
crees problemas. Puede que algún día se sepas porqué hicieron determinado acto.
Quien para hacer cualquier acto tiene que mirar de reojo y pensar “en el que
dirán”, suele ser personas inseguras de sí misma y procura mantener tu propia
libertad de poder realizar lo que tu conciencia te dicte.
Es cierto que
crear un clima de confianza a distancia es tarea difícil de conceder, pero
cuando tu principal objetivo es respetar esa amistad a costa de tu propia
integridad. ¡Bien merece la pena! En los casos en que tú puedas escoger tus
amistades, busca siempre una sincera relación, aunque te cueste, no nos
quedemos pegados a aquellos que con sus buenas palabras y buenos elogios te
estén engañando, con su pertinaz silencio. Lo más probable es que el otro se
haya percatado de algo, pero por tu ignorarlo, posiblemente te hubiera hecho
mucho daño.
Meditación:
Casi siempre comprendemos tarde lo que debíamos comprender a tiempo.
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