Todo tiene
solución, y a veces la tenemos tan cerca que no llegamos a verla, aunque
desgraciadamente en algunos casos, ni siquiera queremos verla. Pero, ¿por qué?
Por soberbia, por orgullo personal, por
estricta rigidez, por autoritarismo, o por tener una mente cerrada que nunca te
permitirá ser una persona abierta a los cambios. ¡No permanezca nunca dentro de
una coraza! Puesto que al final te pasará factura, y entonces te “dolerá”. Por
otro lado, es recomendable rodearse de buenos amigos y ellos son aquellos que
siempre te apreciaron, no ahora sino desde que los conociste. Esos son los
llamados “amigos de toda la vida”, puesto que si lo pensamos bien, aunque nos
parezca mentira, sólo es conveniente mantener un número limitados de buenos
amigos. Cinco o seis quizás. He hablado muchas veces del verdadero concepto de
la amistad, por tanto los buenos amigos debemos cuidarlos y eso lleva su
tiempo: llamarles, ayudarles, planificar con la más absoluta sinceridad sus
actividades, y sobre todo estar para ellos en los que pueda tener alguna
dificultad personal.
No
es común permanecer encerrado en esa “coraza” que siempre hará que tu vida esté
marcada por algo que siempre tendrás presente y que jamás podrás olvidar. Sí,
son situaciones que nunca se olvidan, pero hacen que poco a poco te debiliten,
generando siempre una desconfianza ante cualquier adversidad. Pero nunca te
desanimes, puesto que todo tiene solución. Diariamente tomamos decisiones, y
cuántas de ellas tienen el potencial de impactar en nuestras vidas de una
manera o de otra. En la mente de las personas maduras hay una especie de línea
imaginaria que a veces se distinguen
entre “deseos y “necesidades” Es cierto que a veces nos confundimos,
pero pensándolo bien, todo es natural si analizamos estos conceptos. Es bueno
tener deseos. Así de esa manera, vemos que los deseos causan placer. Las
necesidades, terminan, y se transforman en insatisfacciones, que nos conducen a
ansiedades y depresiones. Lo cierto es que muchas veces no llegamos a
cuestionarlas.
Pensemos
que es muy habitual crearnos problemas donde no los hay, y me pregunto ¿por qué
esa actitud? ¿Qué te pueden dañar? Será todo por la desconfianza o pueda ser
por tu introversión, es decir por tu forma de ser tan personal, que al final
solo te hará daño, y en definitiva todo nos lleva a continuas desconfianzas.
Una cosa es tener una reacción emocional momentánea y otra muy distinta es ser
víctima de una continua y permanente desconfianza.
Cuántas
veces crearse problemas no sea lo más acertado, más bien deberíamos aprender a prevenirlos e intentar gestionar soluciones.
Es verdad que a lo largo de nuestra vida, todos tenemos desencuentros de alguna
manera, ya sea en tipos de parejas o en tipos de amistad. Pero antes estas
situaciones deberíamos aplicar la pauta del autocontrol, ya que éstas nos
pueden abrir vías de acuerdos. Piensas siempre que todo tiene solución, para
ello te hago que recapacites y medites con actitud e intentes solucionar
aquello que quizás por tu forma de ser, nunca llegaste a encontrar. La vida es
como el agua que cae en tus manos: cuando quieras beber de ella ya se escurrió.
Por eso, es de relativa importancia que debemos darnos cuenta. ¿Por qué aquel, que durante mucho tiempo te habló con
toda sinceridad, ahora no encuentras motivos para darles ni unas simples
gracias? Todo problema tiene una o más
soluciones, y ninguno carece de ella. Es más, todos pueden solucionarse. ¿Será acaso que no
deseamos que se solucionen? ¡Es posible!
Meditación:
No te enojes nunca con aquella persona que te apreció, tarde o temprano te
dolerá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario