viernes, 12 de agosto de 2016

Todo tiene solución.

        Todo tiene solución, y a veces la tenemos tan cerca que no llegamos a verla, aunque desgraciadamente en algunos casos, ni siquiera queremos verla. Pero, ¿por qué?
         Por soberbia, por orgullo personal, por estricta rigidez, por autoritarismo, o por tener una mente cerrada que nunca te permitirá ser una persona abierta a los cambios. ¡No permanezca nunca dentro de una coraza! Puesto que al final te pasará factura, y entonces te “dolerá”. Por otro lado, es recomendable rodearse de buenos amigos y ellos son aquellos que siempre te apreciaron, no ahora sino desde que los conociste. Esos son los llamados “amigos de toda la vida”, puesto que si lo pensamos bien, aunque nos parezca mentira, sólo es conveniente mantener un número limitados de buenos amigos. Cinco o seis quizás. He hablado muchas veces del verdadero concepto de la amistad, por tanto los buenos amigos debemos cuidarlos y eso lleva su tiempo: llamarles, ayudarles, planificar con la más absoluta sinceridad sus actividades, y sobre todo estar para ellos en los que pueda tener alguna dificultad personal.
              No es común permanecer encerrado en esa “coraza” que siempre hará que tu vida esté marcada por algo que siempre tendrás presente y que jamás podrás olvidar. Sí, son situaciones que nunca se olvidan, pero hacen que poco a poco te debiliten, generando siempre una desconfianza ante cualquier adversidad. Pero nunca te desanimes, puesto que todo tiene solución. Diariamente tomamos decisiones, y cuántas de ellas tienen el potencial de impactar en nuestras vidas de una manera o de otra. En la mente de las personas maduras hay una especie de línea imaginaria que a veces se distinguen  entre “deseos y “necesidades” Es cierto que a veces nos confundimos, pero pensándolo bien, todo es natural si analizamos estos conceptos. Es bueno tener deseos. Así de esa manera, vemos que los deseos causan placer. Las necesidades, terminan, y se transforman en insatisfacciones, que nos conducen a ansiedades y depresiones. Lo cierto es que muchas veces no llegamos a cuestionarlas. 
            Pensemos que es muy habitual crearnos problemas donde no los hay, y me pregunto ¿por qué esa actitud? ¿Qué te pueden dañar? Será todo por la desconfianza o pueda ser por tu introversión, es decir por tu forma de ser tan personal, que al final solo te hará daño, y en definitiva todo nos lleva a continuas desconfianzas. Una cosa es tener una reacción emocional momentánea y otra muy distinta es ser víctima de una continua y permanente desconfianza.
            Cuántas veces crearse problemas no sea lo más acertado, más bien deberíamos  aprender a prevenirlos e intentar gestionar soluciones. Es verdad que a lo largo de nuestra vida, todos tenemos desencuentros de alguna manera, ya sea en tipos de parejas o en tipos de amistad. Pero antes estas situaciones deberíamos aplicar la pauta del autocontrol, ya que éstas nos pueden abrir vías de acuerdos. Piensas siempre que todo tiene solución, para ello te hago que recapacites y medites con actitud e intentes solucionar aquello que quizás por tu forma de ser, nunca llegaste a encontrar. La vida es como el agua que cae en tus manos: cuando quieras beber de ella ya se escurrió. Por eso, es de relativa importancia que debemos darnos cuenta. ¿Por qué  aquel, que durante mucho tiempo te habló con toda sinceridad, ahora no encuentras motivos para darles ni unas simples gracias?   Todo problema tiene una o más soluciones, y ninguno carece de ella. Es más,  todos pueden solucionarse. ¿Será acaso que no deseamos que se solucionen? ¡Es posible!

Meditación: No te enojes nunca con aquella persona que te apreció, tarde o temprano te dolerá.

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