jueves, 4 de agosto de 2016

No apartes tu pasado.

               Es posible que me digas: “yo de mi pasado, ni hablar” Por favor, tú pasado, no lo olvides jamás, piensas que ese pasado eres tú, en todo el sentido de la palabra. Ahí está tu propio ser. Quizás haya muchos o muchísimos momentos de los cuales jamás desearías que se repitieran, pero entre todos también habrá momentos, dignos de no olvidarlos nunca. Sí, me dirás. ¡Oh, son tan pocos que no merecen la pena recordarlos! Te rogarías que no pensaras así. Esos escasos momentos son los únicos que te harán comprender muchas cosas sobre todo aquellos malos momentos que sufriste. Dios quiso que tú vida fuera así, y nosotros no somos quien para “quitar o poner” nada a sus designios.
                No culpes a nadie ni siquiera a ti mismo de todas tus vivencias. Todo sucedió porque así era tu destino. Sentir pena por ti, ¡no por favor! Eso solo es compasión y, no existe nada más triste que sentir compasión por uno mismo, lo que conseguirías con eso, es perder tú propia dignidad. Ese es el motivo por el cual nos cuesta tanto olvidarnos del pasado, debido a que lo llevamos incrustado en nuestro interior, y no nos deja pensar en los pequeños momentos felices que también sucedieron. Y es que cuando realizamos un gran esfuerzo y tratamos de olvidar aquello que tanto nos dolió durante toda nuestra vida, e intentamos olvidar ese pasado, ya sólo nos queda lo desconocido, es decir el futuro, y el futuro es imprevisible.
            Cuando en tus momentos de soledad, analices tu vida, piensas que ese es tu momento y es el comienzo de reconstruir un nuevo proyecto, que te haga recapacitar para que seas capaz de emprender un nuevo camino sin dejar olvidado tu pasado.
            Ten presente que el pasado es muy tuyo y jamás podrás apartarlo de ti, sin él, tú vida sería un completo vacío y tu existencia totalmente nula. Otra cosa es tratar de recomponerlo a fin de vivir un nuevo proyecto. Tampoco consiste de atormentarnos pensando siempre en lo que hicimos o no hicimos, en lo dijimos o dejamos de decir sólo es cuestión de recordarlo como circunstancias que se presentaron en nuestra vida y, así fueron, sin pensar que todo aquello fue un fracaso, sólo fueron actitudes que pasamos y desgraciadamente obstaculizaron nuestro desarrollo personal. 
            Tengamos presente que ante ese futuro del cual hablaba anteriormente, siempre nos aparecerán problema y dificultades ya sea tarde o temprano, de forma más o menos grave, queramos o no, y nada podremos hacer para evitarlos, solo nos queda hacerle frente, con el sólo fin de intentar solucionarlo. Solo decirte que ese pasado equivale en cierta manera a tus años vividos y “esos”, jamás podrás negar que pasaron. Puesto que tan importante es vivir anclado en tu pasado como renegar de esa parte de tu historia personal. Por tanto no se trata de olvidar tú pasado,  haya sido alegra o triste, sino “colocarlo” dentro de tú ser, con el fin de que viviendo el presente nos haga caminar por esta vida con todo entusiasmo, y podamos atrevernos con las dificultades, sin necesidad de olvidarnos de nuestro pasado.

 Meditación: No es necesario destruir el pasado, se ha ido; en cualquier momento, puede volver a aparecer, y ser de nuevo presente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario