Es posible que
me digas: “yo de mi pasado, ni hablar” Por favor, tú pasado, no lo olvides
jamás, piensas que ese pasado eres tú, en todo el sentido de la palabra. Ahí
está tu propio ser. Quizás haya muchos o muchísimos momentos de los cuales
jamás desearías que se repitieran, pero entre todos también habrá momentos,
dignos de no olvidarlos nunca. Sí, me dirás. ¡Oh, son tan pocos que no merecen
la pena recordarlos! Te rogarías que no pensaras así. Esos escasos momentos son
los únicos que te harán comprender muchas cosas sobre todo aquellos malos
momentos que sufriste. Dios quiso que tú vida fuera así, y nosotros no somos
quien para “quitar o poner” nada a sus designios.
No culpes a
nadie ni siquiera a ti mismo de todas tus vivencias. Todo sucedió porque así
era tu destino. Sentir pena por ti, ¡no por favor! Eso solo es compasión y, no
existe nada más triste que sentir compasión por uno mismo, lo que conseguirías
con eso, es perder tú propia dignidad. Ese es el motivo por el cual nos cuesta
tanto olvidarnos del pasado, debido a que lo llevamos incrustado en nuestro
interior, y no nos deja pensar en los pequeños momentos felices que también
sucedieron. Y es que cuando realizamos un gran esfuerzo y tratamos de olvidar
aquello que tanto nos dolió durante toda nuestra vida, e intentamos olvidar ese
pasado, ya sólo nos queda lo desconocido, es decir el futuro, y el futuro es
imprevisible.
Cuando en tus
momentos de soledad, analices tu vida, piensas que ese es tu momento y es el
comienzo de reconstruir un nuevo proyecto, que te haga recapacitar para que
seas capaz de emprender un nuevo camino sin dejar olvidado tu pasado.
Ten presente que
el pasado es muy tuyo y jamás podrás apartarlo de ti, sin él, tú vida sería un
completo vacío y tu existencia totalmente nula. Otra cosa es tratar de recomponerlo
a fin de vivir un nuevo proyecto. Tampoco consiste de atormentarnos pensando
siempre en lo que hicimos o no hicimos, en lo dijimos o dejamos de decir sólo
es cuestión de recordarlo como circunstancias que se presentaron en nuestra
vida y, así fueron, sin pensar que todo aquello fue un fracaso, sólo fueron actitudes
que pasamos y desgraciadamente obstaculizaron nuestro desarrollo personal.
Tengamos
presente que ante ese futuro del cual hablaba anteriormente, siempre nos
aparecerán problema y dificultades ya sea tarde o temprano, de forma más o
menos grave, queramos o no, y nada podremos hacer para evitarlos, solo nos
queda hacerle frente, con el sólo fin de intentar solucionarlo. Solo decirte
que ese pasado equivale en cierta manera a tus años vividos y “esos”, jamás
podrás negar que pasaron. Puesto que tan importante es vivir anclado en tu
pasado como renegar de esa parte de tu historia personal. Por tanto no se trata
de olvidar tú pasado, haya sido alegra o triste, sino “colocarlo” dentro de
tú ser, con el fin de que viviendo el presente nos haga caminar por esta vida
con todo entusiasmo, y podamos atrevernos con las dificultades, sin necesidad
de olvidarnos de nuestro pasado.
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