sábado, 20 de agosto de 2016

¿Sómos cada vez más depresivos?

              A decir verdad. ¡No lo sé! No soy médico y no podría llevar cuenta de lo que me rodea. Pero si es fácil notar que cada vez estamos más tensos, más crispados, más molestos por todo lo que nos sucede a nuestro alrededor. Si no tenemos, estamos preocupados, si tenemos, temor a perderlo por cualquier circunstancia que de momento se presente. Si es por la familia. Que pocas son aquellas que mantienen un vínculo de unión afectiva en todo su conjunto. ¿Y los amigos? De esos más vale no hablar, Hoy te adulan y te admiran y mañana te rechazan e incluso te desprecian. Entonces; ¿qué nos pasa? Tendría que ser un gran psiquiatra, pero desgraciadamente mis conocimientos no llegan a tanto.
            Lo cierto es que intentamos “pasar de todo, pero cada día que pasa, estamos más “apuntados” a sufrir esa continua depresión, por muchos propósitos que hagamos para evitarla. Continuamente acuden a nuestra mente tristezas por lo que vemos, falta de energía para realizar nuestro trabajo, dificultad para tener al menos un momento de concentración. Ante un estado de depresión, no es que nos vayamos a morir, pero sí es realmente triste convivir, ante esa alteración anímica permanente. 
            El depresivo mantiene una “queja” continua con uno mismo, creyendo que su problema es único y el más grande que nadie pueda tener. Todos terminan diciendo: “es que tú no me comprende” Y aunque se necesite una gran fuerza de voluntad para hacerle frente, reconozco que a veces la situación es realmente preocupante.
            Cuando nos preguntamos; ¿Por qué nos encontramos así? ¿Por qué, en esta situación? Es entonces cuando deberíamos reflexionar sobre cómo hemos de utilizar nuestros dones y cualidades para analizar de forma positiva los recursos que hemos de emplear para salir airoso de nuestra situación. Todos acarreamos sobre nuestras espaldas un cargamento de preocupaciones negativas. Muchas son de tipo emocionales, como  la frustración, el sentimiento de culpa, la ira, el rencor, el desprecio, el olvido, etc.
             Y así me dirán: ¡No seas negativo! ¡Verdad! La vida es hermosa y merece la pena vivirla. Cierto. Pero no me negarás que “no nos da respiro” Cuando no es una cosa, es otra. Y siempre nos presiona ante alguna incertidumbre. Acepto que me digas: “la vida es así” todos tenemos momentos en lo que sólo vemos lo negativo. Pero cuanta sinceridad hay cuando nos reunimos en intimidad y casi todos nos dicen “es que ya no puedo más”, bueno, y otro te contesta: “anda, pues si yo te contara”. Entonces: ¿Qué nos pasa? Sólo pienso que la depresión nos hace enfocar nuestros pensamientos de forma negativo. Posiblemente tengamos muchos momentos de tristeza, pero pensemos siempre en esas pequeñas cosas que la vida nos da, y hagámoslas presente de forma positiva, haciendo que desaparezcan esos síntomas depresivos   
             Deberíamos asumir que el hecho de estar deprimido, está estrechamente unido a nuestra forma de ser y sobre todo a nuestra personalidad, estando siempre vinculados a nuestra manera de vivir y a como vemos las cosas, desde un determinado punto de vista muy personal.

 Meditación: El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza  perdida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario