¿Por qué andamos
entre un mar de confusiones? Todo es tan fácil. Bueno, para ciertas personas es
casi imposible. Si te lo propones, todo es posible. El primer paso tenemos que
armarnos de una fuerte dosis de voluntad, y ser capaces de concretar nuestro interior, sí lo deseamos. Entonces;
¿por qué no dar el paso? Todo depende de ti. ¿En qué te puede perjudicar? Una
vez dado ese primer paso, necesariamente lo aceptamos tal cual es, en la medida
en que podamos, mientras que esa sería la forma ideal de podernos entender. La
reconciliación exige que dos personas que se respeten mutuamente, y se reúnan
de nuevo. El perdón es la respuesta moral de una persona a la injusticia que
otra ha cometido contra ella.
Siempre
tendríamos que estar dispuesto a una nueva percepción ante el mundo en que
vivimos y, si nos vemos envueltos en actitudes completamente injustas, es
cuando tendríamos que recapacitar. Siempre deberías comunicarnos con la otra
persona, y tratar de dilucidar que pudo pasar. Todo es entenderse y para eso se
necesita del diálogo. Sin él, todo es imposible. Siempre estamos dispuestos a
rectificar, especialmente si estamos abiertos a reconocer los errores, sabiendo
además que camino nos interesa.
Y si al mismo
tiempo reconocemos que estamos pasando por
unos momentos dolorosos y tristes contagiamos nuestro estado de ánimo a
todos los que nos rodean. Pensemos: ¿Qué
debo hacer? Es posible que por algún momento de la vida “olvidé” la alegría.
Sin embargo pienso que la alegría no se pierde porque sí, simplemente sentimos
que la vida en ciertos momentos fue dura, viéndome enfrentado a dichas
circunstancias. Es muy frecuente guardar rencores y llevar cuenta
permanentemente de aquellos momentos pasados, pero si deseas que esa amistad
continúe, debemos dejar a un lado las rencillas y los perjuicios. En otras
palabras lo pasado, deberíamos dejarlos “aparcado” y emprender una nueva
situación y mejor, no darle más vueltas
al asunto.
Mientras no
seamos capaz de acceder al poder del ahora, cada momento de dolor emocional que
experimentemos, siempre dejará tras de sí, un residuo de sufrimiento, que nunca
podrás desprenderte de él. Nunca podrás encontrar nada positivo dentro de ti,
mientras la otra persona esté sufriendo por una situación que solo tú
provocaste, por tanto no es racional hacer “cargar” por algo que tú mismo
provocaste.
Lo peor no es
“caerse” sino la rapidez con que debemos ser capaces de levantarnos y no dejar
pasar un tiempo innecesario que solo hará producir un continuo desánimo. Sin
embargo, una de las mayores habilidades que el ser humano tiene es la capacidad
de reconciliarse con su oponente. Por tanto, no lo dudes e inténtalo. ¡Tú
puedes! Piensas que la reconciliación, no es ninguna humillación, al contrario
es un verdadero acto de valentía ante tu semejante.
Nunca te
sentirás bien “caminando hacia atrás” ya que siempre existe nuestro día de
desahogo, y será en ese momento cuando dejes atrás esos sentimientos que a
veces te perturban. Olvidas el pasado y anidas buenos sentimientos, sólo
necesitas controlar tus emociones y comprobando que poseemos un don
privilegiado que solo es necesario tener un momento de reflexión para poder
lograrlo. A veces sólo el recordarlo te sitúas en una actitud triste, al darte
cuenta que no hiciste nada por evitarlo.
Reconozco que
“recomponer” todo el tiempo perdido, no es nada fácil, piensas que sólo existe
una actitud positiva: ¡La reconciliación!
Meditación:
Deja de querer tener siempre la razón, eso te llevará a cometer menos errores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario