miércoles, 27 de julio de 2016

¡Reconcíliate!

               ¿Por qué andamos entre un mar de confusiones? Todo es tan fácil. Bueno, para ciertas personas es casi imposible. Si te lo propones, todo es posible. El primer paso tenemos que armarnos de una fuerte dosis de voluntad, y ser capaces de concretar  nuestro interior, sí lo deseamos. Entonces; ¿por qué no dar el paso? Todo depende de ti. ¿En qué te puede perjudicar? Una vez dado ese primer paso, necesariamente lo aceptamos tal cual es, en la medida en que podamos, mientras que esa sería la forma ideal de podernos entender. La reconciliación exige que dos personas que se respeten mutuamente, y se reúnan de nuevo. El perdón es la respuesta moral de una persona a la injusticia que otra ha cometido contra ella.
                Siempre tendríamos que estar dispuesto a una nueva percepción ante el mundo en que vivimos y, si nos vemos envueltos en actitudes completamente injustas, es cuando tendríamos que recapacitar. Siempre deberías comunicarnos con la otra persona, y tratar de dilucidar que pudo pasar. Todo es entenderse y para eso se necesita del diálogo. Sin él, todo es imposible. Siempre estamos dispuestos a rectificar, especialmente si estamos abiertos a reconocer los errores, sabiendo además que camino nos interesa.
                Y si al mismo tiempo reconocemos que estamos pasando por  unos momentos dolorosos y tristes contagiamos nuestro estado de ánimo a todos los que nos rodean.  Pensemos: ¿Qué debo hacer? Es posible que por algún momento de la vida “olvidé” la alegría. Sin embargo pienso que la alegría no se pierde porque sí, simplemente sentimos que la vida en ciertos momentos fue dura, viéndome enfrentado a dichas circunstancias. Es muy frecuente guardar rencores y llevar cuenta permanentemente de aquellos momentos pasados, pero si deseas que esa amistad continúe, debemos dejar a un lado las rencillas y los perjuicios. En otras palabras lo pasado, deberíamos dejarlos “aparcado” y emprender una nueva situación y mejor, no  darle más vueltas al asunto.
            Mientras no seamos capaz de acceder al poder del ahora, cada momento de dolor emocional que experimentemos, siempre dejará tras de sí, un residuo de sufrimiento, que nunca podrás desprenderte de él. Nunca podrás encontrar nada positivo dentro de ti, mientras la otra persona esté sufriendo por una situación que solo tú provocaste, por tanto no es racional hacer “cargar” por algo que tú mismo provocaste.
            Lo peor no es “caerse” sino la rapidez con que debemos ser capaces de levantarnos y no dejar pasar un tiempo innecesario que solo hará producir un continuo desánimo. Sin embargo, una de las mayores habilidades que el ser humano tiene es la capacidad de reconciliarse con su oponente. Por tanto, no lo dudes e inténtalo. ¡Tú puedes! Piensas que la reconciliación, no es ninguna humillación, al contrario es un verdadero acto de valentía ante tu semejante. 
            Nunca te sentirás bien “caminando hacia atrás” ya que siempre existe nuestro día de desahogo, y será en ese momento cuando dejes atrás esos sentimientos que a veces te perturban. Olvidas el pasado y anidas buenos sentimientos, sólo necesitas controlar tus emociones y comprobando que poseemos un don privilegiado que solo es necesario tener un momento de reflexión para poder lograrlo. A veces sólo el recordarlo te sitúas en una actitud triste, al darte cuenta que no hiciste nada por evitarlo.  
             Reconozco que “recomponer” todo el tiempo perdido, no es nada fácil, piensas que sólo existe una actitud positiva: ¡La reconciliación!

 
Meditación: Deja de querer tener siempre la razón, eso te llevará a cometer menos errores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario