sábado, 23 de julio de 2016

Nuestra mente.

            A veces decimos: nuestra mente es como un jardín. Cuantas más flores plantemos, menos espacio habrá para las malas hierbas. Cuantos más y mejores pensamientos tengamos, menos espacio habrá para los malos. El que piensa de forma negativa se enreda en procesos destructores. Al activar constantemente mensajes negativos activa negativamente el mundo que le rodea. Sin embargo el pensador de aspecto positivo, emite repetidamente ideas positivas e imágenes  llenas de vida y esperanza.
            Cuantos de los problemas que diariamente nos acucian, radican en nuestra mente o más bien en una errónea identificación con ellos. Todo eso hace que nuestros pensamientos se vuelvan compulsivos y sólo el hecho de pensarlos se convierten en una enfermedad. Así que, cuanto más identifiquemos nuestra mente más sufrimos. Y no olvidemos que lo que no se aprende con conciencia se aprende con sufrimiento.
            A la relación directa de nuestra mente con nuestro cuerpo, es finalmente  lo que pensamos y en aquello en que, de una manera o de otra terminamos realizando. Es decir nuestra mente y a través del mundo en que nos rodeamos es la que activa nuestros actos.
            Por eso, así para muchos, el mundo está totalmente deteriorado, para otros es un edén de oportunidades y bienestar. Sea como sea, lo importante es, detectar cual es nuestra mentalidad y saber realizar los ajustes necesarios  en caso de que ésta se encuentre orientada hacia la escasez o hacia la abundancia. Siempre hay una respuesta correcta, y el pensamiento positivo es el que puede dar con ella.
             Muchos pensarán que una relación de pareja, solamente se crea y se mantiene con besos, abrazos, relaciones sexuales etc. Nada más incierto. Suponen que dejando de lado temas más complejos como la confianza, la honestidad, el compañerismo y demás, se logra llegar a un final feliz en la relación. Todo eso se logra teniendo  una clara y abierta disposición de nuestra mente.
             Una mente insegura puede llegar a enloquecer a su pareja y a enrarecer el clima de la relación, llevándola a una situación insostenible que hará necesario incluso consultar a profesionales, para poder que el camino vuelva de nuevo a replantearse.
              Hay que tener en cuenta que no es bueno obsesionarse con pasar de mentalidad perdedora a ganadora. La idea de cambiar nunca debería ser una obsesión, y además, está por ver, qué se considera una mentalidad perdedora, porque hay gente que vive feliz sin tener grandes aspiraciones y conformándose con poco. En cualquier caso, nunca, y repito, nunca, se debe menospreciar a cualquier persona, que elija el camino que elija. Al fin y al cabo, el objetivo en la vida de cualquier ser humano debería ser alcanzar la máxima felicidad posible, con lo que tenga o haya logrado.
              Es bueno despejar nuestra mente de todas aquellas emociones que nos confundan; como: ira, rencor, resentimiento, etc.  Deberíamos terminar lo más pronto posible y con la mayor claridad con todo aquello que obstruya nuestra mente, buscando una solución estable. No hay nada peor que ser el “dueño” de un problema que no es de uno o para el cual no tenemos posibilidad de contribuir a su desaparición.

Meditación: El desprecio es un lastre, la vida es demasiado corta para estar siempre molesto con alguien”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario