lunes, 19 de enero de 2015

¿Qué guía nuestra existencia?

            Nuestra mente a veces se parece a un mar agitado en el que continuamente se agitan las olas en una actividad incesante: emociones contradictoria, pensamientos variados, enemistades, rencores, etc.  Vivimos para la eterna insatisfacción, la intolerancia, el fanatismo, las prisas, las tristezas, el consumo desmesurado, etc.
           La sociedad de consumo que sufrimos dirige nuestra atención hacia la realidad externa, en pos de la adquisición de bienes y de información. La industria del deseo excita nuestras ansias mostrándonos una situación ilusoria magníficamente presentada por las agencias publicitarias. El mundo exterior nos aprieta y nos marca nuestro ritmo, hasta el punto de que olvidamos vivir para conseguir sobrevivir.
            De esta manera nuestros días van girando y girando, años tras años, al mismo tiempo que la serenidad y el verdadero estado de felicidad se aleja cada vez más de nosotros. Hay una frase de Ortega y Gasset que nos dice: “Lo que nos pasa es que no sabemos lo que nos pasa. Por eso nos pasa lo que nos pasa” Para saber lo que nos pasa no tenemos más remedio que mirar dentro de nosotros mismos, comprendernos a nosotros mismos, clarificar nuestras aspiraciones, simplificar nuestros deseos y encontrar el verdadero propósito de nuestra existencia. Este es el gran regalo que nos tiene reservado la meditación para cada uno de nosotros.
          “Me siento bien” Aparentemente es una frase tremendamente sencilla, pero muy compleja a la vez. Que todos los días nos sintamos bien un poco, que la experiencia nos haga cada vez más sabios, creer que estamos en el camino correcto, mirando siempre hacia adelante y aprovechar lo aprendido de nuestros propios errores, en definitiva “sentirse bien” en mayúsculas.
           Si nuestros pensamientos reflejan lo que nos abruma y lo que nos falta, solo tendremos por respuesta más problemas y más carencias. Por tanto debemos pensar en positivo, convencernos que superaremos las adversidades, disfrutando de los que nos rodean y de la admiración de los demás.
           Debemos celebrar todos los días los éxitos aparentemente sin importancia que obtenemos en nuestra vida cotidiana. Todos tenemos algún logro cada día, ya sea en los sentimientos, en lo familiar o en lo laboral.
           Nuestro cerebro es un órgano complejo y de una capacidad asombrosa, que solo utilizamos en un 15 a un 25 por ciento de sus facultades. El resto se mantiene latente, dormido a la espera de que lo despertemos y lo utilicemos
           Cuando no estamos concentrados, acuden a nuestra mente pensamientos espontáneos, que pueden ser positivos o negativos, fantásticos, vulgares, amenazantes, o banales, y por lo general de escasa utilidad en nuestra vida real. La única manera de dominarlos y rechazar los que consideremos negativos es organizar nuestra mente para reemplazarlos por pensamientos útiles y positivos.
            Se trata en realidad de despojarse de lo material, de buscar nuevos valores, de aprovechar a escucharse y también a escuchar.
 
Meditación: Solo hay dos errores que uno puede cometer en el camino hacia la verdad; no recorrer todo el camino y no empezar

 

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