La imaginación se
caracteriza por la capacidad de crear mundos fantásticos, íntimos y propios
donde el sujeto es generalmente el protagonista y donde no existe ni límites ni
restricciones de ninguna clase para el impulso de su libertad.
Por tanto, imaginar no sirve tan sólo para pasar un rato,
sino que a través de ella aumenta nuestra capacidad mental convirtiéndonos en
adultos flexible y tolerante.
Gracias a la imaginación construimos un mundo íntimo,
propio y nuevo. El pasado se hace presente con la ayuda de la memoria,
recobrando una vida nueva y original mediante la actividad imaginativa. La
riqueza de la imaginación hace posible la reconstrucción de experiencia pasadas
conscientes como inconscientes, donde la única ley que impera es la de la
satisfacción personal, rompiendo los moldes de lo real y las rígidas relaciones
de aquella causa del aspecto y del tiempo.
Fundamentalmente consiste en formar representaciones de
objetos, situaciones o afectos, en ausencia de esos objetos o cosas. Aunque la
actividad imaginativa no es sólo una representación y actualización del pasado,
sino que abarca también la posibilidad de idealizar un futuro, anticipándonos
al tiempo.
La imaginación puede llevarnos a cualquier parte con la
mente. Nos permite subir más arriba de lo que alguna vez nos imaginamos poder
alcanzar. Se suele decir que la imaginación es el sexto sentido. Lo mejor sería
poderlo usarla de una manera positiva para influir en otra persona.
La imaginación nos puede ayudar a identificar aquellos
obstáculos o ataduras que nos limitan o nos impiden alcanzar una meta, quitando
lo que una vez nos impusimos. Por eso cuando se deja de imaginar, se deja de
soñar, dejas de vivir y de ser uno mismo. Cuando ya no imaginamos, no pensamos
lo que podemos llegar a ser. Poco a poco sentimos ataduras que nos impiden
llegar a esa meta imaginativa, dejando de creer en ti mismo, y como
consecuencia dejamos de creer.
Pensar con imaginación nos hace afrontar la vida de un
modo renovador y apasionante. La imaginación no tiene límite. Por ello, el
desarrollo del la imaginación es vital para saber vivir a gusto y sobre todo
para vivir bien.
A veces estamos olvidando como soñar y es por eso que
estamos viviendo en un mundo estresante y deprimido. Parece como si los que
“dirigen” el mundo estuvieran interesados en terminar nuestras habilidades para
soñar, estando nosotros colaborando con ellos. Siempre podrán controlar el
mundo, pero no pueden robar nuestra imaginación. Usa siempre tu habilidad de
saber imaginar, crea tu propia realidad. No importa las circunstancias, solo tu
habilidad para soñar te hará grande. Piensas siempre: “si puedes crearlo en tu
mente, podrás tenerlo en tu vida”
No hay comentarios:
Publicar un comentario