¿Cuántas veces hemos tomado una decisión sólo porque has tenido una corazonada y hemos acertado. Los presentimiento o, lo que es lo mismo, la intuición también son una fuente de conocimientos.
En muchas ocasiones los seres humanos sentimos un impulso que nos conduce a tomar decisiones y a emprender acciones sin evaluar las consecuencias de nuestros actos. Mucha gente denomina este fenómeno “presentimiento” o “corazonada”, pero en realidad, se trata de nuestra intuición, un mecanismo del cerebro que cada vez despierta mayor interés en nuestro ámbito interior.
A esto se le suele decir: “la facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento”. Y es que no todo el conocimiento acumulado por un individuo está gestionado por la razón humana.
En realidad, es bastante habitual que, al enfrentarnos a un problema, su proceso resolutivo dependa de los datos que arrojen nuestra intuición.
Una reacción instintiva o un sentimiento visceral es el que se hace mediante una evaluación sobre algo de forma rápida, y que se hace lo bastante fuerte como para que actuemos en consecuencia, aunque no seamos plenamente conscientes de sus razones.
Quizás dos de los aspectos que más llaman más la atención son: el reconocimiento y el respeto hacia esos procesos intuitivos que se debían de una evaluación lógica y racional.
No obstante, aunque el funcionamiento de la intuición suena a algo extraordinario, lo cierto es que en la actualidad existen instrumentos y registros que muestran que la intuición no es algo azaroso, arbitrario o compulsivo, sino que sigue unas reglas que se corresponden con una actividad personalmente determinada.
Meditación: A cierta edad, un poco de amor propio y otro poco de picardía, las cosas que más deseamos son las que fingimos no desear.
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