Nuestra historia
no creas que está escrita en un solo día, se necesita tiempo, o más bien diría
necesitamos argumentos para desarrollarla, e incluso habrá pasajes que nunca lo
entenderemos, llegando a pensar que esa historia no sea tuya. Pero
¡convéncete!, esa historia es tu propia vida, aunque hoy te parezca que
todo aquello fuera imposible que existiera. Claro que tendrás gratos recuerdos,
y pronto te vendrán a tu memoria, como: ¿cuántos pasajes no quisiera recordar?
¡Por qué! ¿Te dejaron heridas? ¿Té hicieron daño? o es que quizás no desearía
que jamás se volvieran a repetir.
Toda
vida tiene su propia historia, y esa historia está llena de razones:
razones que a veces no comprendemos como se pudieron llevar a cabo, pero
desgraciadamente así sucedieron y nosotros no somos quienes para poderla
cambiar. Por tanto, queramos o no, siempre tenemos que portar esas razones que
nos harán reconstruir esa historia, que al fin y al cabo no es más que nuestra
propia vida. Como seres humanos que somos debemos llevarla con nuestra
existencia, pero no nos desgarremos el corazón pensando en aquellas desdichas. Piensas
que aquello que sufriste hoy te hará fuerte y sin a pena darte cuenta, será lo
justo y suficiente para superar esas adversidades que hagan que puedas salir
adelante.
Entonces
no te preocupes en encontrarle poderosas razones para darle sentido a tu
vida, ella sola te las irá poniendo y será entonces cuando a través del tiempo
comprenderás, que así tuvo que ser, y así la tendrás que ir desarrollando. Existen
personas emotivas que son fáciles de sentirse conmovidas por su pasado, y
“arrastran” su dolor sólo recordando los malos momentos que la vida les hizo
pasar. Ante esto, no debemos culpabilizarnos de forma injustificada y obrando
siempre de forma que veamos que nos dicta nuestra conciencia. Es necesario
darnos tiempo para analizar aquellas razones para no atormentarnos y ocuparnos
de nosotros mismos. Piensas que la vida está llena de razones, las
cuales no vemos o quizás no queremos ver, pero siempre son poderosas, las
cuales hacen que nos testifiquen su auténtica verdad.
Siempre
se ha dicho que toda una vida está cargada de creencias y de razonamientos
inteligentes. Sólo debemos razonarlos. Por eso cuando se trata de tomar
decisiones importantes lo tradicional es razonar ampliamente en lo que debemos
hacer, antes de tomar una determinación arbitraria, que haga que podamos
arrepentirnos.
Por eso debemos
poner esos sentimientos en perspectiva y entender la razón por la cual estamos
dolidos. Cuando nos sentimos tristes, llegamos a pensar que la vida es cruel
o injusta, así que es fácil entender por qué, en esos momentos, la
felicidad nos parece la mejor meta de la vida o el estado “natural” por
alcanzarla. Sin embargo, pasaríamos por alto una importante verdad sobre
nuestras experiencias. Los momentos de dicha y alegría más profunda de
bienestar que a veces nos envuelven, sólo tienen sentido porque representan un
contraste con nuestras decepciones, sufrimientos y tristezas, e incluso con
esos momentos en que nos sentimos atrapados por esos arañazos que la vida en
aquel momento nos puso por delante.
Recordemos siempre
que nuestra vida es tu historia personal cargada siempre de razones subjetivas,
que nunca podremos eludirlas.
Meditación:
En la vida hay algo peor que el fracaso: el no haber intentado nada.
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