Antes cualquier
situación en nuestra vida, no pensemos nunca que hemos fracasado, pensemos
siempre que existen motivos más que suficientes para reconsiderar que todo lo
que hicimos fue realizado, con la más absoluta sinceridad y sobre todo contando
con los únicos elementos que en esos momentos podríamos contar. Todas estas teorías
constituyen un sencillo paradigma, el cual nos hace ver nuestro sistema de
auténticos sentimientos, que suelen limitar nuestra mente. Casi siempre, todo
fracaso lo interpretamos como objetivos no logrados, por desgracia, todos se
presentan junto a unas vivencias
amargas, desagradables y frustrantes, qué con el tiempo, y por derecho propio
debemos afrontar.
Decía hace tiempo
que, cada uno de nosotros tienen distintos estilos de pensar y es
posible que al mismo tiempo reaccionemos de forma diferente ante cualquier
adversidad. Sí lo que para alguno es interpretado como un auténtico fracaso,
para otros puede casi no implicar ningún problema de gravedad. Es dado con
frecuencia, qué al cometer cualquier tipo de error, podamos sentirnos
fracasado, pero pensemos siempre que es la única forma de que la vida
te enseñe. Nuestra capacidad de cometer errores va siempre unida a la
capacidad de los éxitos que podamos obtener. Cuando después de largo tiempo de reflexionar,
pensamos que cada uno tiene su forma muy particular de sentir, simplemente por
cuestión de libertad personal, debemos sentirnos seguros.
No nos sintamos
destrozados ni abatidos para siempre por el hecho de que alguien no
sepa interpretar nuestros sentimientos, y pensemos que todo ser humano
tiene derecho a tener los suyos propios. Siempre el riesgo está unido al
fracaso, pero cuando la decisión está tomada, razona de forma positiva, aunque
para conseguirlo no hay que temerle, sino afrontarlo. Las equivocaciones o los
errores, como queramos llamarles, forman parte de la vida, pero si dejamos que
éstos, los interpreten otros, puede que nos volvamos indecisos, inseguros o con
miedo, ya que así estamos perdiendo el poder de aprender unas de las más
valiosas lecciones que te puedes llegar a imaginar, puesto que provienen de
todos nuestros actos y de todos nuestros fracasos que cometemos a lo largo de
nuestra vida.
Ante cualquier
situación que podamos realizar, y sobre todo si llegamos a realizarla con
auténtico sentido de convencimiento, seguro que saldremos fortalecidos.
Este convencimiento adquirido, no nos habilita a intentar hacer razonar a
nadie, sólo a obrar de forma inteligente ya que ningún programa de estudio
existe una materia que nos prepare a vivir en el fracaso, pero sí a seguir
adelante. Desde que nacemos aprendemos a “caminar” sin pensar en lo duro que
pueda llegar a ser que te den la razón. Así son también los propósitos que
brotan de nuestro interior, los cuales son aquellos que deseamos verlos
cumplidos.
La manera de como
analizar algunas situaciones que se nos presentan en determinados casos, nos
lleva a considerar que cometimos un error; pero si lo razonas
detenidamente, “por favor no te sientas fracasado, ya que tu error no fue
premeditado”
Meditación: Solo aquellos que se atreven
a fracasar, pueden conseguir grandes cosas.
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