lunes, 23 de marzo de 2020

¡Por qué no ser optimista!


Y realmente es verdad, existen personas que todo lo ven de color negro. Auguran de ante manos que todo le saldrá mal; objetivo que se marquen, nunca lo ven claro, e incluso ni siquiera intentan emprender nada nuevo, puesto que ya piensan que no tienen los suficientes recursos para conseguir nada. Son personas predestinadas al pesimismo. Suelen ser seres tremendamente “sufridores”. Para saber entender y al mismo tiempo convencerte de esa situación sólo debemos cambiar el “foco” de atención hacia las cosas que nos rodean y pensar que, si te lo propones, puedes conseguir no sólo eso, si no muchísimo más, sólo con despertar esos sentimientos de nuestro bienestar interno, que todos poseemos. Verás, es como crear un nuevo estado de ánimo general en ti mismo, haciéndote cambiar la realidad en lo que estás inmerso y que tanto nos preocupa. Poco a poco sentiremos una forma de pensar que hará que nuestra mente consiga obtener unas metas optimistas y seguro que iremos convenciéndonos que nuestro bienestar está en nuestro potencial de superación, el cual, ni siquiera le prestamos atención.
Existen personas las cuales no acaban de sentirse satisfechas con nada. Y en vez de alegrarse con lo que han logrado, siguen pensando en el camino que les queda por recorrer y sobre todo en lo que tienen lo demás. Ante esta situación suelen fijarse en objetivos inalcanzables y, con frecuencias les cuesta poner límites a sus metas, no viendo que, en esta vida no se trata de conseguirlo todo. Estos son los llamados eternos insatisfechos; es decir, los grandes inseguros. Quienes viven a su lado sufren al verle permanentemente preocupados, y atrapados en cierta manera por la envidia, o por un sentimiento de incapacidad, ante la búsqueda desesperada, de no encontrar la forma de culminar los objetivos, desesperados siempre por lo mal que la vida les trata.
Cuantas veces la presión nos desafía y no podemos salir de nuestro pesimismo. Siempre se ha dicho que todo aquel que le cuesta salir de su objetivo no debe sentirse abatido ni derrumbado por el pesimismo, piensas siempre lo que cuesta realizar un “sueño” El optimismo es una sensación en la cual percibimos lo bueno de cada circunstancia y quien a partir de esa percepción es capaz de optimizarlo, teniendo un sinfín de posibilidades para cada situación que se plantee. Es como crear un estado de ánimo general para cambiar la realidad en la que estamos y que tanto nos preocupa por un presente que sin necesidad lo vemos inseguro. Por favor no vivamos con “llagas” Las llagas son heridas abiertas, y aunque no las notes siempre tienen su debilidad y siempre habrá alguien que quiera hacer “leña del árbol caído” siendo sólo tú, con tu estado de pesimismo el que te prive alcanzar tus propósitos.
Muchos decimos: “Qué más quisiera yo que ser optimista, pero la vida me ha hecho ser realista”. Esta afirmación casi siempre oculta una renuncia al cambio, que se basa en que las personas son como son y en que es inútil esforzarse por cambiar el carácter y la actitud de la gente. Nada más falso. Por tanto, admitamos siempre nuestros errores. Sólo quien se equivoca está vivo de verdad. Los que nunca se equivocan, cometen la mayor de las equivocaciones, debido a que no asumen riesgos, puesto que   inconscientemente, se han rendido, diciendo “me planto” pensando que sólo ellos están en posesión de la verdad.

Meditación: Nunca dejes pasar una oportunidad que te haga feliz, aunque a los demás no les guste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario