Y realmente es
verdad, existen personas que todo lo ven de color negro. Auguran de ante manos
que todo le saldrá mal; objetivo que se marquen, nunca lo ven claro, e incluso
ni siquiera intentan emprender nada nuevo, puesto que ya piensan que no tienen
los suficientes recursos para conseguir nada. Son personas predestinadas al pesimismo.
Suelen ser seres tremendamente “sufridores”. Para saber entender y al mismo
tiempo convencerte de esa situación sólo debemos cambiar el “foco” de atención
hacia las cosas que nos rodean y pensar que, si te lo propones, puedes
conseguir no sólo eso, si no muchísimo más, sólo con despertar esos
sentimientos de nuestro bienestar interno, que todos poseemos. Verás, es como
crear un nuevo estado de ánimo general en ti mismo, haciéndote cambiar la
realidad en lo que estás inmerso y que tanto nos preocupa. Poco a poco
sentiremos una forma de pensar que hará que nuestra mente consiga obtener unas
metas optimistas y seguro que iremos convenciéndonos que nuestro bienestar está
en nuestro potencial de superación, el cual, ni siquiera le prestamos atención.
Existen personas
las cuales no acaban de sentirse satisfechas con nada. Y en vez de alegrarse
con lo que han logrado, siguen pensando en el camino que les queda por recorrer
y sobre todo en lo que tienen lo demás. Ante esta situación suelen fijarse en objetivos
inalcanzables y, con frecuencias les cuesta poner límites a sus metas, no
viendo que, en esta vida no se trata de conseguirlo todo. Estos son los
llamados eternos insatisfechos; es decir, los grandes inseguros. Quienes viven
a su lado sufren al verle permanentemente preocupados, y atrapados en cierta
manera por la envidia, o por un sentimiento de incapacidad, ante la búsqueda
desesperada, de no encontrar la forma de culminar los objetivos, desesperados siempre
por lo mal que la vida les trata.
Cuantas veces la
presión nos desafía y no podemos salir de nuestro pesimismo. Siempre se ha
dicho que todo aquel que le cuesta salir de su objetivo no debe sentirse
abatido ni derrumbado por el pesimismo, piensas siempre lo que cuesta realizar
un “sueño” El optimismo es una sensación en la cual percibimos lo bueno de cada
circunstancia y quien a partir de esa percepción es capaz de optimizarlo, teniendo
un sinfín de posibilidades para cada situación que se plantee. Es como crear un
estado de ánimo general para cambiar la realidad en la que estamos y que tanto
nos preocupa por un presente que sin necesidad lo vemos inseguro. Por favor no
vivamos con “llagas” Las llagas son heridas abiertas, y aunque no las notes
siempre tienen su debilidad y siempre habrá alguien que quiera hacer “leña del
árbol caído” siendo sólo tú, con tu estado de pesimismo el que te prive
alcanzar tus propósitos.
Muchos decimos: “Qué
más quisiera yo que ser optimista, pero la vida me ha hecho ser realista”. Esta
afirmación casi siempre oculta una renuncia al cambio, que se basa en que las
personas son como son y en que es inútil esforzarse por cambiar el carácter y
la actitud de la gente. Nada más falso. Por tanto, admitamos siempre nuestros
errores. Sólo quien se equivoca está vivo de verdad. Los que nunca se
equivocan, cometen la mayor de las equivocaciones, debido a que no asumen
riesgos, puesto que inconscientemente,
se han rendido, diciendo “me planto” pensando que sólo ellos están en
posesión de la verdad.
Meditación:
Nunca dejes pasar una oportunidad que te haga feliz, aunque a los demás no les
guste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario