jueves, 2 de enero de 2020

Las coincidencias.


            Si, en realidad las coincidencias son como experiencias sincronizadas en nuestras vidas cuando menos lo esperamos. Son antiguas vivencias que conservan el sentimiento de esas realidades invisibles, referidas al sentido de las cosas que no podemos explicar con nuestra mente racional; pero en determinado momento afluyen en las direcciones de nuestras vidas e influyen en nuestro pensamiento.
            Todas ellas señalan el camino del corazón, al que se sigue dejando guiar por la intuición y no por el análisis racional. Para aceptar dichas coincidencias en nuestras vidas, debemos estar receptivos y atentos a todo lo que nos rodea, creando lo que se llama una “auténtica apertura” a una posibilidad de sincronismo.
            En algún momento determinado es posible que nos haya sucedido, e incluso lleguen aparecernos como improbables sus resultados. Es como una conexión entre suceso, persona e información, todo a través de hilos invisibles difícil de determinar. Sea como sea, son como fenómenos cotidianos que se generan de modo continuo y cuya probabilidad de que se produzcan nuevamente, parece aumentar por la facilidad de un acceso a la información y a la comunicación que hay en nuestros días.
               Siempre y en algún momento hemos experimentado coincidencia en nuestras vidas. De tal manera que las coincidencias son sucesos que ocurren relacionados con otros acontecimientos, es decir: dos o más sucesos que ocurren al mismo tiempo. Esta es una experiencia universal que sucede con frecuencia, pero precisamente por ello tendemos a no darle importancia pasando desapercibidos a nuestro lado.
            Sería necesario vivir en el nivel de la mente continuamente y esperar de manera retrospectiva, para conocer las grandes coincidencias de nuestra vida. Si la supiéramos de antemano, participaríamos en la creación de la aventura de nuestra vida. De esta manera el camino sería evidente y seguro para no aceptar señales de coincidencias.
             En muchas ocasiones son como mensajes del ámbito en que vivimos que nos indican cómo actuar para hacer que nuestros sueños se manifiesten. Así pues, para aceptar las coincidencias debemos tener una intención y entonces ponernos en contacto con nuestro ser espiritual. Sólo entonces podremos creer en las coincidencias para satisfacer nuestras intenciones. Tener una intención es fácil, tan fácil como formular un deseo. Cuando empezamos a considerar las coincidencias como oportunidades, cada una adquiere un significado distinto. Cada coincidencia se convierte en una oportunidad para la creatividad, y se convierte en el deseo que ansiamos cumplir.
            Cuando en diversas circunstancias, esto se repite, pocos hemos buscado el significado que ocultan esas coincidencias, llegando a descubrir un propósito relacionado con nuestras profundas necesidades. Por tanto, consideremos que las coincidencias son señalamientos en el camino que atraen nuestra mirada hacia algo importante que necesitamos. Siempre somos libres de ignorar esas señales siguiendo adelante, o prestarle atención para así vivir el milagro que estábamos esperando.

Meditación: Dicen que las coincidencias existen, más bien existe el deseo de tenerlas.

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