De la misma forma que la envidia nos
conecta con la insatisfacción, el agradecimiento nos lleva a estar más
satisfecho con nuestra vida. Así hablamos en muchas ocasiones de la necesidad
de “avanzar ligeros”, es decir: de dejar a un lado esas relaciones complejas
que, en lugar de traernos el equilibrio, nos traen la infelicidad.
Pero:
¿De dónde viene ese sentimiento de crear
gratitud?... El sentimiento de gratitud llega al mirar tu mundo de la mejor
manera posible: con bondad, paciencia y perdón; sencillamente es un estado de
agradecimiento espiritual que llega a valorar a la gente y a todas las cosas en
tu vida. El sentimiento de gratitud es algo que podemos aprender y hacer
crecer. Sencillamente es valorar lo que ya tenemos: Es algo difícil de
entender… Cuando las cosas van bien, es muy fácil estar agradecido. Pero el
verdadero agradecimiento surge cuando las cosas no van bien, y es la prueba de
fuego de nuestra gratitud.
A
veces somos tan pobres en pensamientos y sentimientos que también somos pobres
en gratitud y aumentamos nuestras desgracias. Las personas agradecidas lo son
con todo. En primer lugar, con la propia vida, que es el primer y principal
valor, y después con los demás y con las cosas. Hay quienes creen que todo lo
bueno que tienen lo han conseguido solos. Por orgullo o, a veces, por simple
desatención, no saben reconocer el apoyo que les dieron los demás en un momento
o circunstancia determinadas. Esas son
las personas desagradecidas. Aunque parezca increíble pueden llegar al extremo
de criticar o incluso hacer daño a quienes les ayudaron con la indiferencia.
Deberíamos
agradecer diariamente aquello que tenemos, y tomar cada nuevo día como un
regalo, siendo esto la experiencia más rica que podamos tener. Un día más es
una oportunidad más para ver los árboles, el cielo, el mar, para salir a
pasear, escuchar música, habla con un amigo, etc. Ya seas una persona religiosa
o no, simplemente entender la vida como un obsequio que nos otorga una actitud
de agradecimiento.
Ser
agradecido tiene una trascendencia que va más allá de lo que objetivamente
puede verse. Gracias, es una palabra tan
hermosa y maravillosa que es prácticamente imposible dejar de sentirla al menos
un instante en nuestro día, y la verdad es que no todos tenemos idea de su
poder. Ya que una persona agradecida es aquella que acepta lo que venga de tal
forma que se siente coherente con sus valores sin necesidad de crearse
expectativas.
A veces cerramos
todas las puertas, creyendo que todo lo bueno que tenemos lo hemos conseguido
solos, como anteriormente decía. Una forma de practicar el agradecimiento es
hacer un la “lista” con lo bueno que hemos tenido al día, no olvidando nunca de
incluir “lo más sencillo”
Siempre
pensamos en todo aquello que nos falta, pero no nos detenemos en fijarnos en lo
que ya tenemos; este sentimiento puede motivarnos a ser mejores al despojarnos
de esa sensación de culpabilidad y deuda que cargamos en nuestra vida.
Meditación:
Todos los días tengo algo que aprender, algo que olvidar y mucho que agradecer.
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