Es muy natural que
los elogios nos agraden y nos acostumbramos a ellos, tanto que a veces no
sentimos molestos cuando no los percibimos, diciendo “es que ya no valgo o “es
que no me ven importante” El elogio es el reconocimiento ante una persona por
su valía personal. Es justo elogiar a alguien cuando ves que es merecedora de
esas alabanzas. Y al mismo tiempo es digna de agradecimiento. En general los
elogios son realmente importantes porque se concentran en unos valores
personales auténticos.
Aunque lo más
importante a la hora de elogiar a alguien es hacerlo con sinceridad, no vale
elogiar su forma de ser, si en el fondo te parezca un auténtico desastre. A
veces; ¿por qué ese derroche de elogios
hacia una persona, si a penas le conoces?
Es quizás por interés, o pretendes algún beneficio. El elogio cuando es falso,
a la larga hace mucho daño. Pero el ser humano a veces en tan ingenuo, que no
es capaz de tenerlo en cuenta. Además, cuando se falsean, puedes caer
fácilmente en la pérdida de tus propios valores personales. No quiere decir, que
si son sinceros pueden ser de un valor tremendamente importante, ya que se
concentran en la fortaleza de la persona que los recibe, haciendo estimular la
autoconfianza y la reciprocidad de sus sentimientos.
Cuando te elogien,
no te formules preguntas sin sentido, sólo con estar “alerta” ya es suficiente
para entender las verdaderas intenciones. Seamos libres en nuestros
pensamientos ante las opiniones de los demás, sin tratar de sacar conclusiones
anticipadas. Nadie debe pensar mal, sólo por el hecho de que persigan un
“sueño” Tú eres el que debes motivarte y no poner nunca límites a lo que te
dicen. Debes esperar un tiempo prudencial, y es entonces cuando podremos apreciar
que “todo aquello” no era tan fácil.
Muchas personas
tienen dificultades de aceptar unos elogios constantes, unos por modestia,
otros simplemente por no saber si son merecedoras de tanta estima y en general,
por la sencilla razón de ser realmente auténticos. Piensas siempre que un
elogio sólo es una creencia; no es una idea preconcebida que la mente posee, es
una idea que sólo aparece durante un periodo de tiempo en tu mente.
También deberíamos
entender que muchos de los elogios que podemos recibir, tienen carácter de
crítica, es entonces cuando no lo comprendemos, pensando que nos hacen daño,
pero el fin determinado es de corregir algunos defectos, que hemos observado y,
con toda sinceridad se lo hacemos ver. Para ello debemos asumir la justa autenticidad
de ese tipo de “elogio”, ya que con el tiempo nos hicieron ver su verdadero
valor. Cuántas veces esos elogios prematuros, se convierten en “etiquetas” sí,
etiquetas de forma calificativas, pero a veces observamos que aquellas
calificaciones de carácter positivas, se convierten en descalificaciones sin
motivo justificado, y en muchos de los casos ante un desprecio imperativo que
no vemos desbordados sin motivo aparente y sin saber que lo originó. Desgraciadamente
con el tiempo observamos que nos han considerado como el simple envoltorio de
un caramelo, el cual todos sabemos cuál es su destino.
Meditación:
No eres más santo porque te alaben, ni más vil porque te desprecien.
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