viernes, 17 de mayo de 2019

¿Es posible confiar?


De hecho, siempre desconfiamos. No sabemos, por qué. Pero siempre actuamos así. Quizás sea porque la vida no nos proporciona esa seguridad que necesitamos. La verdad es que siempre decimos: ¡No me olvido, pero no me fío! ¡No las tengo “todas conmigo”! ¡Y si me están engañando!, etc. Reconozco que a veces no tenemos la claridad suficiente para enarbolar la bandera de aquello que deseamos. Por otra parte, llegamos a una etapa de la vida en la cual vamos acercándonos a una edad determinada en la que predomina un estado de desconfianza ante cualquier eventualidad.
Obviamente a todos nos gusta demostrar que somos sinceros, pero también es lógico que lo demostremos interiormente. Hemos de asumir la realidad y demostrarla, aunque pueda resultar difícil o embarazoso, pero contemos con la confianza de los demás, aunque de sabido es, que la perfección no existe y todos podemos equivocarnos.
No se trata de asumir plenamente todo lo que nos digan, pero no sumergirnos en la desconfianza y nos vemos envueltos en continuas etapas que no nos dejan vivir. La mejor manera de sentirse bien es ser claro y transparente, La manipulación siempre nos pasa factura, en cambio la autenticidad, genera confianza, puesto que nos da lugar a seguridad. Si aceptar las disculpas es lo que necesitas para volver a confiar, ¡inténtalo! Quizás entonces lo veas claro, o es posible que necesites pedir promesas sobre el comportamiento futuro; aunque no confíes plenamente.
Cuántas veces ese estado se nos presenta de forma sistemática, negando la propia veracidad de lo que nos rodea, presentándose como un trastorno de desconfianza crónica, sólo admitiendo tus propias decisiones. ¿Será que tu soledad o tu estado de autonomía es la que te hace experimentar ese estado de desconfianza ante los demás? Uno de los conceptos más intuitivos es nuestra propia soledad, haciendo que perdamos nuestra propia seguridad, viéndonos envueltos en una auto desconfianza que poco a poco nos domina, atenazándonos ante todo lo que nos rodea de forma regular. Sé que es difícil entenderlo, pero hace que nos veamos vinculados en un estado permanente de tristeza, desamor y negatividad. Todo eso hace que desconfiemos hacia lo que realmente no conocemos.
Deberíamos alejarnos de lo que no vale la pena y centrarnos sólo en lo importante, en lo valioso, y estar siempre preparado para realizarlo. Hay personas que, ante esa actitud de desconfianza, son incapaces de olvidar, y todo lo ven como insultos, desprecios de los cuales creen haber sido objeto. La desconfianza siempre nos afecta de alguna manera de forma devastadora, puesto que el principal “patrón” para llegar a superarla, es la propia confianza en uno mismo. Si no piensas en tu propia seguridad, y piensas que tu actitud es valiosa, tu auto confianza no podrá aumentar.
Cuando tus “sueños” nacen y te sientes feliz, es decir lleno de entusiasmo, pero al mismo tiempo empiezas a sentir desconfianza y los obstáculos se acentúan, cundiendo el desánimo, parece como si todo se “cerrará” ante ti, diciendo: ¡Todo me sale mal! Es entonces, cuando debes seguir adelante, poner en marcha toda tu capacidad de confianza, sobre todo en ti mismo y sobreponerte a las adversidades, viendo que todo es posible si lo intentas. Piensas que no son las cosas, ni los que te rodean, es tu propia inseguridad y tu permanente desconfianza la que no te hará conseguir aquello que deseas alcanzar.
Ten por seguro que, tener confianza en ti mismo forma parte de tu bienestar, de tu satisfacción personal y todo se vuelve necesariamente para mejorar tu propia vida.

Meditación: Para que una relación funcione, ya sea de amor o amistad: la confianza debe ser lo primero a tener en cuenta.

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