El silencio no
siempre es malo, en realidad es una actividad muy productiva. Así decimos que
nuestros pensamientos surgen de nuestras sensaciones y percepciones, por lo que
el acto de pensar en silencio puede considerarse como un constante recuerdo.
Jamás comprenderemos que la palabra nunca logra ser tan rápida cono el cerebro.
¿Cuántas veces esperamos una respuesta?, pero la respuesta es el silencio,
aunque a veces el silencio es el reflejo de los pensamientos.
Los pensamientos
van desfilando por nuestra cabeza sin cesar a través de un continuo silencio,
sin darnos cuenta que nos estamos manifestando de distinta forma, y haciéndolo realidad, sin necesidad de la palabra. En realidad, son dos aspectos de un
mutismo, empeñado en no compartirlos, aunque también es un estilo de
comunicación.
Cuando la vida
debido a ese aislamiento te hace guardar silencio, nos preguntamos: ¿Qué escondes detrás de ese silencio? A
veces nos basamos en datos que pueden confirmar todo aquello que pensamos y que
puede ser realidad o por el contrario podría tratarse de creencias
completamente irracionales que hacen que nos sintamos mal, debido a situaciones
que supuestamente nos imaginamos.
Es realmente
cierto que en la vida hemos errado en diversas ocasiones, tal vez por eso somos
un poco más sabios. El silencio y la palabra deberían intercalarse a través de
la comunicación humana, marcando un código que no siempre es fácil de entender.
Siempre se ha dicho que existen grandes enigmas ante el vacío de un profundo
silencio; pero a pesar de saberlo, y debido a ese mutismo se pierden grandes
sentimientos. El silencio es un camino que se divide en mil posibilidades, y
nunca podremos saber cómo se adecúan los propios pensamientos.
Cuando pasan los
años, comenzamos a darnos cuenta que, en alguna parte de los “libros de la vida”, dejamos algo sin
leer; y ahí pueden estar esas explicaciones a todo lo que durante esos años dejamos
de entender o al menos eso es lo que no entendimos.
Guardar silencio
durante un largo periodo de tiempo, aplaca las iras, soluciona el orgullo,
esclarece la mente y enfoca con mayor lucidez las consecuencias de nuestros
actos. Sí; el silencio es el elemento fundamental para que nuestra mente
analice esos problemas y les demos soluciones a ellos, pero por favor, no lo
inmovilicemos eternamente, porque puede que algún día esa persona ya no exista,
y entonces puede que lleguemos a reconocer que la vida, incluso a los más
inteligentes, nos haga pasar por la triste experiencia de tener que aceptar que
esa actitud no era la más razonable.
El silencio, junto
con el tiempo es una excelente cura para las heridas del alma, como
anteriormente decía. Allí donde ese sufrimiento parece interminable, sucede
algo inexplicable “callamos, pero no olvidamos”
En verdad, es una forma para preparar el camino a la reflexión, haciendo un
análisis justo y, meditando correctamente, podríamos llegar a través del
diálogo a una lógica situación de paz y entendimiento. No cabe duda que el
silencio es un gran amigo, pero al igual que las palabras, tenemos que aprender
a utilizarlo junto con el diálogo, para sentirnos cómodos con él.
Meditación:
No toda distancia es ausencia, ni todo silencio es olvido.
el silencio también es una respuesta.
ResponderEliminarLos silencios nunca están vacíos de significado ni sentido. Cuántas personas están pensando continuamente y no se atreven decir lo que piensan. Cada persona puede vivir de una manera diferente sus silencios, e interpretarlos subjetivamente y utilizarlos de una u otra forma. Aunque considero que es realmente triste vagar a través de tantos días, meses y años de silencio, cuando tu misma te has vetado pronunciarte. Las cosas más importantes de la vida se transmiten a través del silencio, como tu bien dices: “el silencio también es una respuesta” Saludos afectuosos.
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