miércoles, 17 de abril de 2019

Estar de buen humor.


En muchas ocasiones nos sentimos con el ánimo por tierra, sin ganas de hacer absolutamente nada y, por si fuera poco, tampoco estamos de muy buen humor. A veces creemos erróneamente que el hecho de tener un estado de ánimo alegre o triste es cuestión de naturaleza o de suerte. Aunque deberíamos pensar que nuestro estado de ánimo; ¿cuántas veces depende en buena parte de nuestra forma de pensar y de cómo interpretar los problemas?
Cambiar el mal humor y convertirlo en buen humor, puede ser tan sólo una cuestión de actitud. Contra los síntomas negativos, el mejor remedio suele ser ponerle más humor a la vida, y así, calmar la irritabilidad y el cansancio. Estar siempre enfadado o irritable no beneficia ni a tu cuerpo, ni a tu mente y tarde o temprano, sentirás las consecuencias. Intenta traer a tu mente momentos felices y agradables, no permitiendo mantener recuerdos que según tú nunca intentas borrar, hazlo desaparecer, hasta que te sientas mejor contigo mismo y que esa “chispa” de alegría se quede contigo.
A veces dibujar una sonrisa entre nuestros labios, siempre mejora nuestro humor, haciendo que los demás se nos acerquen con más amabilidad. Pensemos que una sonrisa no nos cuesta nada en términos de dinero, tiempo o esfuerzo, pero es verdad que literalmente puede tener extremada importancia en nuestra propia vida. Un comentario gracioso, una expresión o un simple juego de palabras en un momento concreto puede ayudar mucho mejorar el ambiente que nos rodea y hacernos sentir bien. Escucha a los demás y adopta una postura que facilite ese ambiente distendido.
Por ello la sonrisa no es solo una prueba de que somos felices; sonreír con dulzura ante los demás, también mejora nuestro humor. Aunque a veces, ¿cuántas veces nuestro interior está tremendamente triste y sin embargo afloramos ante los demás un rostro sonriente? Si, reconozco que es una ironía, pero es mejor no preocupar a los que nos rodean, y no preocuparles con nuestro interior. No creo que llegue a ser una falta, estar llorando por dentro y no mostrarlo ante los demás. Siempre se ha dicho que: “una sonrisa vale más que mil terapias” A menudo el simple hecho de dar unos “buenos días” o unas sencillas “gracias” acompañado de una sonrisa, nos muestra una alta dosis de felicidad.
Aunque nos parezca una utopía, el buen humor está siempre presente en nuestra vida, lo que pasa es que nos “entretenemos” con banalidades y no tratamos de bucear en nuestros sentimientos. Solo ellos nos harán ver si podemos superar ese mal humor que continuamente mantenemos. En los tiempos que corren, vivir con armonía no es fácil, pero es imprescindible para gozar de buena salud física y mental. Muchas veces en el afán de atender los compromisos y sobre todo querer quedar bien con el mundo exterior, nos descuidamos de nuestro mundo interior, haciendo que cada vez se nos haga más perenne nuestro estado de ánimo.
 Pensemos que poco podemos hacer “tragándonos” las angustias y los malos recuerdos. Si somos capaces de transformarlos y convertirlos en situaciones positivas, habremos conseguido las energías suficientes para modificar nuestro buen estado de ánimo, haciendo permanecer nuestro buen humor.

Meditación: El buen humor es una de las mejores prendas que se pueden vestir en sociedad.

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