miércoles, 6 de marzo de 2019

No olvides tu pasado.


Aceptar el pasado implica hacer las paces con lo que sucedió en tu vida, aunque todos sabemos que el pasado es inmodificable, pero a veces pretendamos olvidarlo. Una de las formas que deseamos cambiarlo es a base de imaginarnos escenarios hipotéticos; diciendo “Si lo hubiera pensado antes”, “Si hubiera hecho esto en lugar de aquello”, etc.
El pasado es dueño de nuestro presente. Del pasado nada podemos cambiar, y los momentos futuros no podemos controlarlos; lo que ocurrirá es una incógnita. Perdemos a menudo las cosas que nos depara nuestro presente por tener la mirada puesta en el pasado o en el futuro. En algún momento de nuestras vidas recordamos el pasado, y momentos vividos, “cosas que dijimos” “cosas que pensamos” “cosas que quedaron escritas” y ya no podemos borrarlas. Si, aprendimos de gente que conocimos…, pero en ocasiones nos encontramos con personas que realmente están ancladas en su pasado y ni viven el presente ni se plantean el futuro.
Una de las creencias que nos estanca en el pasado, es la idea de que no hubiera existido. Sé que cuando lo recordamos nos llenamos de resentimiento, deseando que la vida nos presentara una realidad con lo que realmente hubiéramos querido. Aunque no siempre se vive el pasado de forma cómoda, ni podemos hacerlo retornar de forma obsesiva en un momento determinado, deseando que no hubiera sido del modo que fue. Este es el error más común, ya que lo pasado, pasado está y por mucho que desees que no fuera así, no hay vuelta atrás; no podemos basar nuestra vida actual en aquello que hubiéramos deseado. Por tanto, los síntomas más habituales de este comportamiento son la melancolía, recuerdos, estados depresivos, tristeza, impotencia por no poder “volver atrás”
Piensas siempre que, si ese pasado vuelve a nuestra conciencia, es porque algo de nuestro presente lo invoca o quizás algo bueno había, o puede ser que haya dejado un vacío que a pesar del tiempo no hayamos conseguido borrar.  De nada sirve repetirnos: “no voy a pensar más en ello”. Aunque lo consigas, tarde o temprano, aquellos recuerdos siempre regresan. Por tanto, es absurdo torturarse con lo que se pudo haber hecho en aquellos momentos del pasado y no se hizo, dándole vueltas a la cabeza buscando posibles soluciones que se podían haber tomado. Ese comportamiento lo único que nos hace es maltratarnos, castigarnos psicológicamente, no dejarnos vivir nuestro momento actual y no solucionar absolutamente nada.
El pasado está escrito con todas aquellas vivencias que nos han traído aquí y ahora, a este lugar y de esta manera. Es un “baúl” lleno de experiencias buenas y malas, de decisiones erróneas y afortunadas, de tristezas y alegrías, de personas que entraron y salieron de nuestra vida, pero jamás las olvidarás
Por tanto, permanecer atado a nuestro pasado indudablemente nos impide avanzar. Olvidarlo, por el contrario, nos impide aprender. Con esto no se nos presenta ninguna otra alternativa que aceptarlo sin reproche ni resentimiento.

Meditación: Vivir en el pasado es elegir morir en el presente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario