Nunca será mejor
día para hablar del amor. Todos lo hemos sentido alguna vez, pero qué difícil
es explicarlo; ¿no? Nos preguntamos: ¿Que sucede en nuestro cerebro cuando nos
enamoramos? ¿Por qué sufrimos tanto de desamor? Difícil pregunta de responder;
hasta hoy creo que nadie ha podido dar un significado a tan enigmática
palabra.
Amor; un sentimiento, un deseo, un
anhelo, una vida, una realidad, en fin, son tantas las palabras que hemos
intentado emplear para describir algo que para mí es indescriptible. Dicen que
el amor es como una droga, que puede ser ciego, que los hay que mueren de amor…
Aunque parezca mentira, estas afirmaciones son verdaderas.
Amor
es una de las cosas más bella que a tu vida puede llegar; es querer, adorar, y
en ocasiones sufrir; amar es lo más maravilloso que Dios pudo crear,
experimentarlo es nacer, es vivir, es creer, es sentir una fuerza superior que
te impulsa, te motiva, te da una alegría para seguir, es ternura inmensurable,
es entrega sin condiciones ni reservas, no es un sueño ni una fantasía, es una
realidad, es sencillamente el comienzo de un amanecer con su mirada en la
oscuridad de la noche cuando deja de mirarte; en fin, amar es simple y
llanamente entrega total.
Pero
mucho antes de llegar al amor con mayúsculas, existen varias fases. La química
es la responsable de las mariposillas en el estómago, las miradas complacientes
y los enfados pasionales. Pero la química no sólo guía las relaciones fructíferas,
sino que también son las responsables de despechos. En casos de rechazo, el
amor se vuelve tan poderoso como el hambre. “No hay duda que la gente vive y
muere por amor” Pero sentirse rechazado es una de las experiencias más
dolorosas. Protestamos, nos resignamos y nos desesperamos. Lo que sí es cierto,
es que una etapa de euforia, en una crisis amorosa o en plena madurez; la
ciencia nos ha demostrado que el amor es “pura química”
A
pesar de todo lo estudiado científicamente, el amor no respeta fronteras, se
adueña de todo, de la conciencia y hasta de nuestra forma de perder la razón,
amar es compartir, amar es una inmensidad, es felicidad que en ocasiones acaba
en sufrimiento.
La
palabra amar, es la mayor expresión de afecto que podemos ofrecer, es la
más difícil de explicar y demostrar, es la luz que
ilumina la oscuridad y la fuerza que tu alma te da para poder caminar.
¡Quién
sabe si algún día el amor se nos presentara envuelto en un código de
barras! Sería impensable que en determinado momento su magia se pudiera
aprisionar en una probeta. Aunque siempre lo debemos interpretar a pesar de
todo lo imaginable, como un sentimiento o quizás como un valor, pero a pesar
de todo sigo convencido con mis propias definiciones de principio, de que amar,
es simplemente vivir.
Meditación:
El amor es la más injusta de las emociones. No te deja vivir, pero al mismo
tiempo, te impide morir.
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