Parece mentira
pero es verdad, a veces no nos reconocemos. Nos preguntamos: ¿cómo es posible
que seas así? En la soledad de nuestra mente, nos hacemos esta interrogante:
¡jamás pensé que mi comportamiento fuera ese! Nunca lo pensé. Pero a través del
paso del tiempo, la vida me ha hecho sorprender y ver, de qué manera actuamos.
Cosa que nunca hubiera pensado que de esa manera sucediera.
Este pensamiento
va calando a medida que pasan los día, y llegamos a aceptarlo con naturalidad,
aunque el “yo soy así” no es sólo eso. Es como una forma de ser que se ha enquistado
en tu propio ser y ahora ya no puedes dejar de manifestarte de esa manera. Es
posible que lo utilices como recurso, cuando careces de ciertas habilidades o
es posible que no hayas llegado a “aquello” que siempre esperabas. Comprendo
que cambiar una nueva manera de “caminar” no es nada fácil, pero en nuestro
interior deseamos que ese cambio pueda producirse.
De cualquier
forma que lo analicemos, lo cierto es que vamos por la vida cargado siempre con
ese pesado “fardo” y pensando en nuestro destino, es como algo que no nos deja
vivir. Sencillamente es el destino el que nos ha llevado a esa forma de
manifestarnos, la cual nunca pensamos que de esa forma se produjera. La vida
nos paraliza y nos vemos obligados a actuar de esa manera, pensando sólo en ¿Qué
cambiaría si tomamos un nuevo sentido a la vida?
Muchas veces
estos sentimientos se ven acompañados de una debilidad ante las emociones que
la misma vida nos presenta. Nos asaltan pensamientos incontrolables, de
culpabilidad, de autocrítica, llegando a momentos en que vivimos sólo pensando
en el negro futuro que se nos presenta. A pesar de todo, es mejor que llegado
un determinado día, “plantarnos” y decir, ¡basta ya! Yo nunca fui así. Debo tener la suficiente
confianza para cambiar de actitud y aprender a crearme unas condiciones para
que a través de las cuales sea capaz de transmitir una nueva forma de ser.
Todos llevamos un pasajero dentro de nosotros mismos y sólo uno mismo debe
tener la suficiente energía para alcanzar un nuevo destino. Pero; ¿cuándo
alcanzamos la meta de ese destino? Sí, comprendo que nos es, fácil. La pregunta
es bastante corta, pero detrás de esta expresión, ¿cuántas veces se esconde ese
recurso de: “es que yo, no doy marcha atrás” Quien piensa de esa manera es
posible que jamás vea la oportunidad de cambiar, diciendo ante lo más profundo
de tú ser: “es que yo nunca fui así”
Reconozcamos que
con ese decir “es que yo soy así” seguramente se nos cerrarán todas las puertas
ante la posibilidad de encontrarle un nuevo significado a tu propia vida.
Tampoco vale intentar de olvidar tu pasado por muy triste que haya sido. Piensas
que en él, está tus propias raíces y quizás sea la solución a todos tus
problemas. Todo ello puede llevarnos a ciertas reflexiones sobre cosas que te puedan
estar causando un dolor que te ata a la vida, y te haga pensar que “las cosas
no son sí” y que si te lo propones puedes cambiar llegando a “soltar” esos sentimientos que te
atenazan. No tengamos miedo, puesto que en algún momento, podremos llegar a
tener el suficiente valor para expresar esos deseos que siempre quisimos
cambiar, o si no; es posible que la vida no te dé tiempo.
Meditación:
¿Por qué hay personas que no saben lo que la amistad representa?
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