Por sensibilidad podemos determinar la
capacidad de sentir; y eso es lo que no debemos olvidar, no sólo para ayudar a
otros sino, también para ayudarnos a nosotros a mejorar nuestras actitudes
egoístas y personalistas que al final empobrecen nuestra calidad como ser
humano.
Cuando
se menciona la incapacidad de una determinada persona para
amar con la misma intensidad que otra, es evidente que no se hace referencia a
una imposibilidad real. Sin embargo, éstos no son más que los estereotipos y
las viejas creencias de una sociedad que se etiqueta con asombrosa facilidad.
Existen
muchas formas de expresar la sensibilidad, quizás la receta está en entender
que convivir con personas sensibles, dificulta nuestras relaciones armónicas.
Nuestra sociedad de consumo se sustenta en la creación de más y más necesidades
y con ello, de ansiedades de poseer, así nos tienen convencidos de que
necesitamos cosas cada vez más refinadas, ante esto la idea sería, entonces,
entrar en sintonía con la que, de verdad no da la plenitud, siendo así cuando
compartir y preocuparse, genera siempre ayuda emocional. De esta forma
podríamos ser reorientados con nuestro crecimiento y permitirnos darnos cuenta
de que las otras personas, también tienen necesidades y que a través de la
sensibilidad podemos lograr a desarrollarnos como persona, de forma más
completa.
A
las personas extremadamente sensibles les caracteriza un cierto tipo de
cualidades como; intuición, rectitud, creatividad, amor a la soledad y una
fuerte tendencia a la timidez y a la inhibición en la vida social, y sobre todo
una alta tendencia a captar la belleza.
Sin
embargo las personas consideradas insensibles, es muy frecuente que todos la
mayoría de los concepto los atribuya con la indiferencia, compensando de ese
modo su sentido emocional. Cuando esta actitud prevalece la persona suele tener
muchas dificultades en las relaciones humanas, aunque también, a la inversa,
podría decirse que al tener un alto grado de insensibilidad, optan por la
indiferencia.
La
falta de sensibilidad también la podemos considerar como un fenómeno muy común
en nuestro días y que tiene que ver con el desprecio y la indiferencia que
sufren algunos en situaciones de carencias por parte de personas que no están
en la misma condición y que por lo tanto no se sensibilizan por su sufrimiento,
dolor o angustia.
Consecuencias
tales como la pobreza, la miseria, las adicciones, la falta de creencia en un
porvenir y muchas otras son todas estas situaciones complejas que implican
cierto nivel de insensibilidad social, de otro modo no existiría, si la
humanidad en conjunto se ocupara de erradicarla.
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