jueves, 23 de mayo de 2013

¿Sabemos disfrutar?

             Es verdad que en muchas ocasiones la vida no es fácil y esto forma parte también del aprendizaje y del camino de crecimiento personal que cada uno de nosotros debe de hacer.  La vida nos pones en su sitio de vez en cuando, obligándonos a darnos cuenta de las cosas y a mirar a nuestro alrededor con una sonrisa haciéndonos sentirnos afortunados en muchas ocasiones
            Muchas veces, nos encontramos ante situaciones difíciles ante las que no podemos hacer nada y sin embargo nos esforzamos en darles vuelta y vuelta, en lugar de aceptar que las cosas son como son. Hay un proverbio chino que dice:”Si tienes un problema y no tiene solución, ¿para qué te preocupas?; y si tiene solución, ¿para qué te preocupas?” Si aplicásemos más veces esta regla entonces con toda seguridad viviríamos más tranquilos y haríamos las cosas más sencillas.
            Esto nos permite saber qué cosas podemos prescindir, considerándolas superfluas o realmente no las necesitamos, apreciando cuáles son las que verdaderamente son importante para nosotros.
            Puede resultar muy positivo echar un vistazo a nuestro entorno y valorar nuestros puntos fuertes, para no dejarnos atrapar por los malos acontecimientos, despejando así la mente cuando se nos queda nublada y concentrarnos en la experiencia.
            Aprender a disfrutar de las pequeñas cosas que nos brinda la vida es uno de los mayores regalos que nos podemos hacer a nosotros mismos, prácticamente cada día, ya que estos nos permiten vivir cada momento como si fuésemos únicos y con conciencia plena. A veces llevados por la rapidez de nuestra vida diaria nos olvidamos de disfrutar de un día en que ha salido el sol o de lo bonito que es cuando los árboles empiezan a florecer en primavera.
            Debemos comprender que mantenerse optimista en estos momentos, cuando lo que está cayendo no es nada satisfactorio, es realmente difícil, ya que esto puede destrozar nuestro futuro. Esto nos hace pensar que no pensemos en el futuro y no nos preocupemos de las consecuencias que a veces la vida nos presenta. Vivir el presente es tomar la actitud de un niño, para quien el momento presente es toda una realidad.
            Cuantas veces deberíamos lanzar un mensaje de optimismo y esperanza, intentando encontrar  las claves que nos permitan modificar nuestro hacer cotidiano, potenciando eso gestos que nos lleven de la mano hacia ese día a día que nos haga más enriquecedor. Se trata sencillamente de intentar ver el mundo con ojos distinto y practicar plenamente la conciencia, centrándonos en el momento presente y disfrutándolo haciendo práctica de la sencillez que nos implica la simpleza.
            Se que es difícil, pero al menos debemos intentarlo, y darnos siempre el permiso a disfrutar.

Meditación: Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido.

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