lunes, 1 de junio de 2020

Ser responsable.


La responsabilidad podríamos definirse como una opción moral en la que los demás no son meros objetos a intercambiar, sino sujetos de derechos como nosotros mismo. La responsabilidad se expresa en el compromiso por lograr una sociedad justa.
Los denominados responsables son aquellos que actúan conscientemente, y a su vez, son causa directa o indirecta de cualquier hecho ocurrido. También podemos decir que es aquel que cumple con sus obligaciones o que pone cuidado y atención en lo que hace o decide. Una persona responsable suele tomar decisiones conscientemente aceptando las consecuencias de sus actos, y siempre dispuesto a rendir cuenta ante ellos.
Es cierto que muchas veces confundimos la responsabilidad con el hecho de cumplir ante otras personas aquello que se tiene prometido, podríamos considerarlo como cierto, pero sin embargo es solo uno de los aspectos de lo que debe comenzar por uno mismo. El simple hecho de satisfacer todas nuestras necesidades, ya lo podemos considerar como un acto de responsabilidad.
Nos situamos en determinadas ocasiones, con que es difícil encontrar la medida justa del ejercicio de la auténtica responsabilidad. Algunos no conocen siquiera el significado de esta palabra y se conducen por la vida dejando un rastro de víctimas por no hacerse cargo de cumplir nada tan sencillo, como sus propias obligaciones, en cambio otros exageran esas mismas atribuciones y las asumen con demasiado rigor.                                             
Aunque nos parezca difícil de entender, existen personas que no comprenden los valores de la responsabilidad. Y es que, el ser humano tiene la increíble capacidad de mantener la responsabilidad con otros y ni siquiera escuchan la que cada uno tiene consigo mismo. Cuántas veces nos vemos complicados asumiendo hacia los demás, responsabilidades que no nos competen.
A veces el exceso de responsabilidad para algunas personas representa un verdadero desafío, identificándose con un proyecto que no es el suyo y que no siempre redunda en beneficio de los demás. Esa exigencia nos hace vivir pendiente de unas expectativas que tienen los demás hacia uno mismo, obligándonos a responder a una imagen sobre nuestra persona. Tanta responsabilidad en muchas ocasiones no deja de ser una verdadera ilusión. Ahora que tan de moda está el tema de los “emprendedores” apareciendo como “caballeros andantes” que intentan salvar las penurias de nuestra existencia.
            Es muy frecuente hoy en día, percibir cuanto nos cuesta mantener nuestra vida en un término medio, aunque a través de todos nuestros comportamientos, siempre vamos de un polo a otro. Estamos felices o tristes; trabajamos mucho o poco; somos diligentes o perezosos, en fin; todo redunda en la responsabilidad.
Asumir la responsabilidad en nuestra vida implica ser responsable de nuestras elecciones y acciones, de nuestro tiempo, de nuestro trabajo, del cuidado de nuestro cuerpo, de nuestras amistades y cómo las tratamos, sobre todo ante el significado de tu propia existencia.

Meditación: Llega un momento en que hay que asumir la responsabilidad por los errores cometidos.

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