La responsabilidad
podríamos definirse como una opción moral en la que los demás no son meros
objetos a intercambiar, sino sujetos de derechos como nosotros mismo.
La responsabilidad se expresa en el compromiso por lograr una sociedad
justa.
Los denominados
responsables son aquellos que actúan conscientemente, y a su vez, son causa
directa o indirecta de cualquier hecho ocurrido. También podemos decir que es
aquel que cumple con sus obligaciones o que pone cuidado y atención en
lo que hace o decide. Una persona responsable suele tomar decisiones
conscientemente aceptando las consecuencias de sus actos, y siempre dispuesto a
rendir cuenta ante ellos.
Es cierto que
muchas veces confundimos la responsabilidad con el hecho de cumplir ante otras
personas aquello que se tiene prometido, podríamos considerarlo como cierto,
pero sin embargo es solo uno de los aspectos de lo que debe comenzar por uno
mismo. El simple hecho de satisfacer todas nuestras necesidades, ya lo podemos
considerar como un acto de responsabilidad.
Nos situamos en
determinadas ocasiones, con que es difícil encontrar la medida justa del
ejercicio de la auténtica responsabilidad. Algunos no conocen siquiera el
significado de esta palabra y se conducen por la vida dejando un rastro de
víctimas por no hacerse cargo de cumplir nada tan sencillo, como sus propias
obligaciones, en cambio otros exageran esas mismas atribuciones y las asumen
con demasiado rigor.
Aunque nos parezca
difícil de entender, existen personas que no comprenden los valores
de la responsabilidad. Y es que, el ser humano tiene la increíble capacidad
de mantener la responsabilidad con otros y ni siquiera escuchan la que cada uno
tiene consigo mismo. Cuántas veces nos vemos complicados asumiendo hacia los
demás, responsabilidades que no nos competen.
A veces el exceso
de responsabilidad para algunas personas representa un verdadero desafío,
identificándose con un proyecto que no es el suyo y que no siempre redunda en
beneficio de los demás. Esa exigencia nos hace vivir pendiente de unas
expectativas que tienen los demás hacia uno mismo, obligándonos a responder a
una imagen sobre nuestra persona. Tanta responsabilidad en muchas ocasiones no
deja de ser una verdadera ilusión. Ahora que tan de moda está el tema de los
“emprendedores” apareciendo como “caballeros andantes” que intentan salvar las
penurias de nuestra existencia.
Es
muy frecuente hoy en día, percibir cuanto nos cuesta mantener nuestra vida
en un término medio, aunque a través de todos nuestros comportamientos,
siempre vamos de un polo a otro. Estamos felices o tristes; trabajamos mucho o
poco; somos diligentes o perezosos, en fin; todo redunda en la responsabilidad.
Asumir la
responsabilidad en nuestra vida implica ser responsable de nuestras elecciones
y acciones, de nuestro tiempo, de nuestro trabajo, del cuidado de nuestro
cuerpo, de nuestras amistades y cómo las tratamos, sobre todo ante el
significado de tu propia existencia.
Meditación:
Llega un momento en que hay que asumir la responsabilidad por los errores
cometidos.
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