Independientemente
para que exista una verdadera amistad, la palabra debe estar unida a este
sentimiento. Si no existe la palabra, jamás podríamos sentir el profundo
sentido de la amistad. Sin ellas todo se convertiría en un triste y efímero recuerdo,
que con el tiempo haría que todo desapareciera. Siempre que hablamos sin pensar
se malogran las propias creencias. Por eso, las cosas mejores y más
hermosas, deben comunicarse a través de la palabra, para que éstas lleguen
al corazón.
Sé que a veces
existen obstáculos ante esa necesaria comunicación, pero el ser humano necesita
estar comunicado para poder relacionarse. Cuántas veces hasta los silencios
hablan, y allá donde se crucen dos seres humanos, es realmente imposible que no
surja el vínculo de la palabra, aunque éstas sean de escasa brevedad. Siempre
se ha dicho que la amistad es uno de los sentimientos más noble que las
personas pueden realizar, así cuando aceptamos el compromiso de vivirla, no es
necesario la cantidad de tiempo que podamos compartirla, si no la calidad que
empleamos para utilizarla.
Muchas veces
hablamos para ayudar a otros, para demostrar que nos preocupan
situaciones que incluso pueden que no nos afecten directamente, pero
necesariamente es la única forma de poder establecer el vínculo de una
verdadera amistad. Sé que, ante esto, existen lados oscuros que hacen imposible
que la palabra fluya, debido al temor o miedo a sentir lo que decimos. Pero
nunca deberíamos permanecer en silencio por la sencilla razón de que eso
paralizaría el vínculo de la amistad.
Es cierto que
todos pasamos por momentos de crisis, desconciertos, dudas, etc. que es posible
que nos lleven a encerrarnos en nosotros mismo. Entonces es cuando es necesario
acudir a la reflexión y al diálogo, lo cual nos llevará a analizar todo lo
ocurrido y a la búsqueda de soluciones o diferentes alternativas. El silencio nunca es bueno. Comprendo que nos
podemos equivocar, pero debemos buscar soluciones reparadoras y, solo a través
de la palabra encontraremos aquella solución que haga que podamos entendernos.
Siempre he
reconocido que la amistad soporta mejor el tiempo. Con un amigo
cooperamos y no competimos, sabemos lo que cada uno siente y piensa del otro,
por eso decimos que el nivel de amistad siempre es un pacto tácito que debería
perdurar sin tener en cuenta esos rencores que por desgracia permanecen en
nuestro interior. Aunque a veces pienso: ¿por qué ese temor a comunicarnos?
Sigo diciendo que la única forma de entendernos es a través de la palabra. ¿Por
qué resistirse a ella? ¡Es temor a uno mismo!
Una verdadera
amistad no entiende de distancia, de horarios, ni tiene fecha de caducidad. Es una relación
donde buscamos y ofrecemos apoyo mutuo. Un buen amigo nunca anula al otro, sino
que lo ayuda a superarse, estando siempre dispuesto a escuchar y a comunicarse
por medio de la palabra. A pesar de todo existen personas reacias a la
comunicación. ¡No puedo entenderlo! Es posible que a través del tiempo
se hayan ido acumulando versiones erróneas debido a equivocaciones mal
interpretadas que no les permita ver el verdadero control de la razón.
Meditación:
Es muy difícil encontrar un buen amigo, pero más difícil aún es olvidarle.
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